El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) ha izado en sus oficinas centrales de Tegucigalpa una bandera negra para llamar la atención sobre uno de los principales problemas que abaten a la sociedad hondureña: el desempleo galopante que golpea con fuerza, principalmente a los jóvenes.
Las cifras nos colocan, desgraciadamente, a la cabeza de las listas de los países con mayor índice de desempleo en la región centroamericana y el continente. Son más de tres millones de hondureños los que no tienen empleo o están subempleados y con pocas esperanzas de encontrar un puesto de trabajo.
La falta de empleo está obligando a miles de hondureños, principalmente jóvenes, a abandonar la escuela, a dejar sus estudios universitarios, y en los casos extremos a migrar, sin importar la peligrosidad de la ruta hacia los Estados Unidos, donde sueñan con encontrar esa oportunidad laboral que les permita acceder a un salario con el que ellos y sus familiares puedan hacerle frente a sus necesidades básicas. El desempleo es también uno de los principales detonantes de los altos índices de violencia y delincuencia a nivel nacional.
El desempleo empuja también a miles de personas a aventurarse en la economía informal, que permite en muchos casos agenciarse de algunos fondos para atender las necesidades básicas. Los retos para hacerle frente a esta problemática son grandes, pues se necesitan políticas integrales de desarrollo, de planes y programas para la creación de nuevas fuentes de trabajo formales, que aseguren a los trabajadores todos sus derechos, comenzando por el pago de salarios dignos y la cobertura de todos los derechos laborales y sociales que se establecen en la legislación respectiva.
Este esfuerzo debe ser conjunto, gobierno y empresa privada, ya que ninguno de los dos sectores alcanzarán sus propósitos si no se sientan en la misma mesa a buscar las respuestas que demanda la sociedad.