Cuando una comunidad decide emprender acciones en pro de la mejoría de la calidad de vida de sus pobladores merece respaldo y reconocimiento público.
En esta ocasión nos referimos a los voluntarios del Comité Ecológico de la Aldea de Suyapa (Coeas), quienes por más de cuatro décadas han gradualmente reforestado 3,943 hectáreas de las zonas aledañas, gracias al empeño y dedicación pionera de Luis Hernán Baca Valladares, fallecido en enero de este año y en honor a quien se ha bautizado, lo que hoy ha sido declarado Refugio de Vida Silvestre por parte del Congreso Nacional.
Actualmente está integrado al Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Honduras (Sinaph), constituyendo el número 70, con un próximo plan de manejo, necesario para su preservación y futura ampliación. Alberga una variada diversidad de flora y fauna, alguna en peligro de extinción, además de constituir la única fuente de agua de la aldea de Suyapa.
Ante la creciente escasez del recurso hídrico, fundamental para la vida tanto de seres vivos del reino natural, otras comunidades a lo largo y ancho de nuestro país deben imitar este hermoso ejemplo colectivo de preservación de la biodiversidad y el equilibrio ecológico entre el hombre y su medio ambiente. Actualmente se han sumado con su respaldo y asesoría el Instituto de Conservación Forestal (ICF), la Alcaldía del Distrito Central y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras , brindando asesoría técnica.
Si deseamos una Honduras verde, revirtiendo el creciente deterioro y contaminación, reviste carácter de urgencia tanto emprender acciones ambientales permanentes como el denunciar a quienes con acciones depredadoras se encargan de destruir, para beneficio propio, o simplemente por un sentido y afán criminal de talar, incendiar, envenenar todo aquello con que la madre naturaleza nos ha dado generosamente.
