Editorial

Día Mundial de los Pueblos Indígenas

El 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). En esa fecha se conmemora la primera reunión que celebró el Grupo de Trabajo sobre las múltiples poblaciones de pueblos originarios de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, en 1982.

Esta fecha conmemora a los primeros pobladores de los distintos continentes: los aborígenes, inexorablemente avasallados y conquistados, parcial o totalmente, por el expansionismo imperial procedente de Occidente.

En Honduras subsisten actualmente siete pueblos indígenas y dos de ascendencia africana: lencas, tolupanes, misquitos, pech, tawahkas, chortís, nahua, garífunas y negros anglo-antillanos, que representan el 7% del total poblacional. Su presencia se da desde Islas de la Bahía por el norte hasta Lempira, Intibucá, La Paz, Valle en el sur y suroccidente, desde Gracias a Dios por el nororiente hasta Copán en el occidente.

Su presencia otorga a nuestro país diversidad y pluralidad étnica, cultural y lingüística pese al secular marginamiento y exclusión en que han subsistido, ante la indiferencia de los gobiernos y el acoso por parte de grupos económicos nacionales y foráneos que ambicionan sus territorios, aguas, bosques, minerales.

Estos pueblos están desgraciadamente sumidos en diversos grados de pobreza, desnutrición, analfabetismo, enfermedades, deplorables condiciones laborales y falta de titulación de sus tierras ancestrales.

El planteamiento de sus múltiples carencias y la formulación de propuestas de solución deben constituirse entre los objetivos prioritarios de los gobiernos. Apoyarlos, nunca confrontarlos, debe ser la tarea.