El Vaticano es consciente de que uno de los grandes enemigos para la juventud es la imposición de la ideología de género en los colegios. Así lo ha manifestado el papa Francisco en repetidas ocasiones y se lo han hecho saber los obispos de todo el mundo que visitan la Santa Sede, y que muestran su inquietud ante unos postulados ideológicos y acientíficos.
Ante el justificado clamor eclesial, la Congregación para la Educación Católica de la Curia Romana publicó (10 de junio 2019) el documento titulado “Varón y mujer los creó. Para una vía de diálogo sobre la cuestión del género en la educación”, con el propósito de “orientar” y “apoyar” a los que deben enfrentarse desde el ámbito de la educación a esta ideología.
El documento, fechado 2 de febrero 2019, está firmado por el Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, cardenal Giuseppe Versaldi, y el secretario, arzobispo Angelo V. Zani, responsables de su redacción. Consta de 31 páginas, 57 párrafos, y se estructura en cinco partes: “escuchar, puntos de encuentro, crítica, razonar, y proponer, el apartado más extenso”.
Sus autores hacen la aclaración que el documento “no es de carácter doctrinal”, sino más bien, de orden metodológico para abordar “cómo educar a las generaciones más jóvenes para que se ocupen de estos temas, en un momento en que hay mucha confusión al respecto”. Para la Congregación es innegable que a lo interno del mundo educativo católico reina una gran preocupación ante la implantación progresiva de una ideología que está provocando una gran desorientación entre los “niños, adolescentes y jóvenes”.
La Congregación nos recuerda que existen numerosos argumentos racionales (biológicos, genéticos, neurológicos, endocrinológicos, fisiológicos) que muestran la centralidad del cuerpo humano como un elemento integral de la identidad personal y de las relaciones familiares. De hecho, la familia es el lugar natural donde la relación entre el hombre y la mujer encuentra su plenitud. La familia es una sociedad natural en la cual se realizan plenamente la reciprocidad y la complementariedad entre el hombre y la mujer.
El documento corrobora que, en muchos casos, han sido estructurados y propuestos caminos educativos que transmiten una concepción de la persona y de la vida pretendidamente “neutra”, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la justa razón. La desorientación antropológica que caracteriza ampliamente el clima cultural de nuestro tiempo -precisa el documento- ha ciertamente contribuido a desestructurar la familia, con la tendencia a cancelar las diferencias entre el hombre y la mujer, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural.
La ideología de género niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer.
La metodología que se propone en el documento pasa por tres actitudes: escuchar, razonar y proponer. Su finalidad es la de auspiciar un encuentro con las necesidades de las personas y las comunidades. De hecho, escuchar las necesidades del otro, así como la comprensión de las diferentes condiciones, lleva a compartir elementos racionales y a prepararse para una educación cristiana arraigada en la fe.
En el ámbito familiar, el documento cita que es en la familia donde se armonizan “dos derechos fundamentales” que siempre deben ser respaldados y garantizados. El primero, es el derecho de la familia a ser reconocida como el principal espacio pedagógico primario para la formación del niño. El segundo, es el del niño a crecer en una familia, con un padre y una madre capaces de crear un ambiente para su desarrollo y su madurez afectiva.
La Congregación para la Educación Católica nos invita a fomentar una alianza educativa entre la familia, la escuela y la sociedad que respete la responsabilidad primordial de los padres en la educación de sus hijos.
Concluyendo, la ideología de género está influyendo objetivamente en el pensamiento social, orientándolo a posturas opuestas a lo que se podría calificar como una adecuada antropología cristiana, lo que afecta profundamente a personas y familias.
No siempre las valoraciones que se hacen, generalmente desde grupos ideológicos de poder, son acordes al pensamiento cristiano, por ello, es de agradecer que la Congregación para la Educación Católica haya publicado el documento “Varón y mujer los creó. Para una vía del diálogo sobre la cuestión del género”, en el que de forma explícita se expone lo que se debe considerar como doctrina de la Iglesia Católica en esta controvertida materia.
Somos muchos los “cristianos católicos y no católicos” que vamos a encontrar en este documento una fuente de aguas claras para ir formando nuestra conciencia en tan controvertido problema, con la seguridad de que vamos a caminar por el sendero que nuestra madre la Iglesia nos va señalando. Por lo que una guía para orientar a los padres sobre qué hacer en este delicado tema es un instrumento de incalculable valor para saber cómo proceder en el sagrado deber que tenemos de educar a nuestros hijos en la fe.