“Si bien es cierto la ministra de Salud no está para tapar goteras, tampoco podemos tapar el sol con un dedo”. Un ministro de Salud con capacidad gerencial para resolver problemas, hubiera llamado al director del Hospital Materno Infantil para que este a su vez girara instrucciones precisas al jefe de Mantenimiento de ese hospital para solventar a la brevedad posible el problema de goteras en la Sala de Cuidados Mínimos, donde hay recién nacidos en incubadoras.
¿Por qué debió hacerse esto en lugar de contestar soberbiamente al periodista? (que por cierto es un aliado estratégico al igual que todos los periodistas en la lucha contra el Covid-19). He aquí la respuesta:
1. Las goteras son una filtración de agua, que no se sabe de dónde provienen mientras no se investigue el asunto y que además pueden ser foco de contaminación en una sala.
2. Un ministro de Salud debe delegar en su viceministro de Redes o en otro funcionario o servidor público que tenga la disposición, la supervisión de esta sala pues una gotera daña las instalaciones del hospital, que representa un bien inmueble del Estado y que además es parte de la calidad estructural que debe brindarse a los usuarios de un servicio de salud, aunque estos sean bebés recién nacidos que no opinen. A nadie le gustaría tener una gotera cayéndole sobre su cabellera tan bien peinada por su estilista.
3. Es deber de un jefe de Mantenimiento de todos los hospitales y centros asistenciales a nivel nacional realizar acciones preventivas (es decir supervisiones y mantenimiento de las instalaciones) así como realizar acciones correctivas (como tapar goteras).
Es decir que aunque usted piense que una gotera no es importante ni de su incumbencia, en realidad sí lo es... como ve usted hay ministros de Salud que no están para tapar una gotera, pero tampoco podemos tapar el sol con un dedo. Más humildad... más humildad y liderazgo es lo que necesita nuestra señora ministra de Salud.
