Cartas al editor

Sueños posibles

“Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos” fue la frase que acuñó el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry.

Todos hemos tenido grandes sueños en nuestras vidas, y como dijo una vez el filántropo Richard Branson: “Si tus sueños no te asustan, no son lo suficientemente grandes”. Una vez que abres los ojos y te percatas de que Dios es el dueño absoluto de todo, te das cuenta de que no hay nada imposible para nosotros.

Lo imposible está en nuestra mente, las limitaciones más profundas se encuentran ahí. Según los psicólogos, hay un tipo de miedo llamado miedo disfuncional.

Es aquel miedo que arruina nuestra vida, no es útil para nosotros porque no está basado en peligros reales.

Quieres emprender un negocio, pero le temes al fracaso económico. Quieres tener y formar una familia, pero te aterroriza no tener la sustentabilidad para tus hijos. Quieres estudiar esa carrera que tanto anhelas, pero te da miedo el qué dirán o el cómo te mantendrás porque has escuchado que los salarios son muy bajos.

Se que todos tenemos un sueño más grande que nosotros mismos, algo que nos inquieta y que nos asusta tanto que hasta lo vemos casi imposible, pero te aseguro que ningún sueño es más enorme que Dios.

Él mismo pone los deseos y sueños en tu corazón, así que no temas porque si él lo puso, te aseguro que también te dará las llaves para abrir las puertas de las oportunidades. No hay atajo fácil para el éxito.

No hay hechizo para realizar tus sueños, más el único que el de la fe.

Cuando comienzas a creer que puedes hacer algo solo, dejas de calificar para sus sueños. Lo necesitas a Él en la ecuación.

La fe es el único ingreso potencial para realizar esos deseos.

“Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito”. (Pr 16:3).