Cartas al editor

Cyberbullying

El bullying o acoso de cualquier tipo puede ser devastador para el bienestar y la vida de la víctima. El abuso físico es aún un problema en escuelas, y varios investigadores explican que sus consecuencias a largo plazo pueden ser incluso peores que el impacto inmediato, hasta el punto en que pueden cambiar la personalidad y el comportamiento de la víctima. Con la llegada de internet, el bullying cambió la modalidad, como la comunicación en general, a ciberbullying y mejoró sus capacidades: puede realizarse desde cualquier lado y el objetivo puede ni siquiera conocer a su acosador. De todas formas, aunque los métodos cambien el resultado es igual de grave, de hecho, frecuentemente es incluso peor que el acoso en persona.

Durante el día internacional de concientización sobre el ciberacoso, Stop Cyberbullying Day y ESET hacen un repaso sobre sus formas de ataque, los efectos en la vida real de la víctima, y por qué los padres, madres y cuidadores necesitan asegurarse de que sus hijos e hijas no sean el objetivo de estas prácticas, al tiempo de ayudarlos a promover una cultura de respeto por los demás.

El cyberbulling es la publicación electrónica de mensajes malintencionados sobre una persona, a menudo enviados anónimamente. Sin embargo, el ciberacoso puede tomar otras muchas formas y, como tal, implica el uso de tecnología moderna para acosar, maltratar y atacar a alguien. Las víctimas reciben mensajes, mensajes de texto, publicaciones o comentarios groseros en sus teléfonos, redes sociales, PC, que los avergüenzan y los hacen sentir mal. Este abuso puede ocurrir casi todo el día, con la víctima encontrando poco alivio del comportamiento agresivo, odioso y rencoroso de su torturador. Sumado a eso, la forma de intimidación y su foco también puede variar y apuntar a la orientación sexual, la apariencia, la edad, la raza, el origen étnico, la religión, y más.