Cartas al editor

Coronavirus, ¿mito o realidad?

Nos comportamos como seres incrédulos ante la crisis mundial que se avecinaba, muchos alardeaban que era un espejismo más para lograr que la sociedad estuviera en pánico; sin embargo, con el paso de los días, el crecimiento de los casos de infectados por el Covid-19 ha levantado zozobra. Bastaron los memes para hacer mofa sobre la pandemia que se desarrollaba en Wuhan, China, aduciendo que ese virus estaba al otro lado del mundo y que jamás llegaría hasta Latinoamérica. En pocos días el continente europeo estaba siendo azotado, golpeando fuertemente la economía cerrando supermercados, restaurantes, gasolineras y la banca.

Tras el toque de queda que se ordenó en Italia, donde debían quedarse en sus casas, hicieron caso omiso agravando más la situación. Reconociendo la calidad del sistema de salud de la mayoría de los países del occidente, es inconcebible no pensar en lo que podría ocurrir en nuestra querida Honduras. Como es de conocimiento para muchos, nuestras capacidades para atender a la vez a más de 200 pacientes afectados por el coronavirus son muy inciertas, debido a que al menos contamos con las mínimas capacidades para hacer frente a esta crisis mundial. Nosotros como hondureños no estamos exentos a ser infectados, para muchos ya es conocido que por los casos confirmados hasta el momento del Covid-19 en Honduras, debido a nuestra fragilidad en las fronteras para prevenir el ingreso de personas infectadas, se ha tomado la decisión de restringir las garantías constitucionales, estado más conocido como “toque de queda”.

Estamos cruzando por momentos difíciles, nos toca quedarnos en nuestras casas, pero qué hay de aquellos que trabajan al día, que sus pagos es según lo que trabajan, de aquellos que velan por nuestra salud y no cuentan con los recursos necesarios para no ser contagiados al atender casos de Covid-19, qué hay de aquellos que en estos momentos no tienen nada en sus mesas para comer...

Es tiempo de ser solidarios, en esto estamos todos, como personas valientes y de buen corazón nos damos la mano y saldremos triunfadores una vez más.