Cartas al editor

¡Ninguno!

Antes de entrar en materia, quiero manifestar públicamente que lamento mucho la repentina muerte de quien en vida fuera Javier Valladares, compañero nuestro en el Instituto San Francisco. Toda la promoción de graduados de 1982 lamentamos su muerte. Javier fue una persona siempre amable, con una sonrisa agradable, siempre nos saludaba, y así fue la última vez que lo vi, una semana antes de su fallecimiento cuando le pregunté: ¡¿Qué ondas?! ¿Fuiste a la fiesta de compañeros? Y me respondió: “No, fíjate Dennis que acabo de regresar de Israel”, y platicamos un ratito. Él fue un alumno muy inteligente y estudió Derecho Internacional, fue diplomático de carrera, también recuerdo que estuvo en Canadá. A nombre de todos sus excompañeros de colegio le doy mi más sincero pésame a su hoy viuda y demás familiares, te extrañaremos Javier, que Dios te acoja y tenga en su presencia eternamente.

Y en relación al título de este artículo, ¡Ninguno!, fue el veredicto contundente y claro que la población hondureña manifestó ante la consulta de: ¿Quién debería ser nombrado como el mejor funcionario del año? ¿No es esta respuesta una vergüenza para todo el gabinete de gobierno, que la mayoría de la población diga que no hay un tan solo funcionario que merezca ser declarado como el mejor?, y ahí se incluye a directores, ministros y por supuesto al titular del ejecutivo.

Hace años era un honor ser calificado como el mejor funcionario.

Este gobierno de JOH da la impresión que al titular del ejecutivo le da miedo que sus funcionarios brillen con luz propia y que estos lo opaquen, parece que es como un complejo de inferioridad la que tiene, y en ese sentido se ha rodeado de directores y ministros que son marionetas y figurines de baja categoría que como resultado no gozan de credibilidad y el reconocimiento público de la ciudadanía como para calificar a uno de los miembros del gabinete como “El mejor”. Si esto es así, como lo reflejó una encuesta, entonces, por simple lógica y sentido común, nos dice que todos se merecen el calificativo de “Los peores”.