”Godzilla Menos Uno”, una trama de destrucción nuclear y su legado

La trama de la película es sobre cómo buscar una comunidad después de la destrucción y aprender a valorarse

El monstruo en “Godzilla Menos Uno” es una amenaza, pero la verdadera trama trata sobre comunidad tras la destrucción.

jue 7 de marzo de 2024 a las 17:43

Por Esther Zuckerman/ The New York Times

No esperaba llorar tanto como lo hice con “Godzilla Menos Uno”. Aunque hubo enfrentamientos impresionantes con la escamosa criatura que da título a la cinta, la producción de Toho International, escrita y dirigida por Takashi Yamazaki, es en gran medida una reflexión sobre el dolor y la supervivencia después de la Segunda Guerra Mundial.

El espectro del trauma se ha cernido durante mucho tiempo sobre Godzilla, una criatura desenterrada de su letargo por pruebas de la bomba H en el filme original de 1954. Pero “Godzilla Menos Uno” lo literaliza aún más, al narrar la historia de Koichi (Ryunosuke Kamiki), un piloto kamikaze quien elude su deber y sobrevive tanto a la guerra como a un encuentro inicial con la bestia, sólo para regresar a las ruinas de Tokio afligido por lo que presenció.

Godzilla representa una amenaza, pero en gran medida en segundo plano. En vez de ello, esta es una trama sobre cómo buscar una comunidad después de la destrucción y aprender a valorarse a uno mismo en una sociedad que te considera inútil.

No puedo evitar pensar en cómo “Godzilla Menos Uno” existe en conversación con otros dos estrenos recientes: la exploración del pesar de Hayao Miyazaki, “The Boy and the Heron” (El Niño y la Garza), y “Oppenheimer”, de Christopher Nolan. Tanto “Godzilla Menos Uno” como “The Boy and the Heron” contestan, al menos en parte, la interrogante que algunos espectadores se hicieron después de “Oppenheimer”: ¿Dónde estaba la perspectiva japonesa en esta historia sobre el hombre cuyo invento, la bomba atómica, les causó tanto dolor?

“Godzilla Menos Uno” y “The Boy and the Heron” echan mano de lo fantástico para retratar a un pueblo que lucha con los efectos perdurables de un conflicto devastador y su ira contra quienes están en el poder.

Koichi, el héroe de “Godzilla Menos Uno”, está atormentado por pesadillas. En la secuencia inicial, aterriza su avión en la Isla de Odo en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. Dice que está allí para reparaciones, pero su aeronave está bien. En lugar de ello, ha mentido para evitar la muerte segura que le espera como piloto kamikaze.

Y entonces aparece Godzilla, matando a casi todos los hombres en la base. Koichi regresa a un Tokio demolido culpándose a sí mismo por no completar su misión suicida y no luchar eficazmente contra el monstruo.

En Tokio, encuentra una familia improvisada con otros huérfanos de la guerra, entre ellos Noriko (Minami Hamabe), una joven que salvó a un bebé tras la muerte de los padres. Pero Koichi es renuente a comprometerse con ellos debido a su vergüenza.

Como piloto kamikaze, a Koichi se le dijo que su vida no valía nada y ha cargado con eso. En un discurso conmovedor antes de que inicie el esfuerzo por derrotar a Godzilla, un ex desarrollador de armas navales que encabeza la ofensiva (Hidetaka Yoshioka) explica que su objetivo es evitar la muerte en vez de buscarla en pos de gloria.

“Este país ha tratado la vida de manera demasiado barata”, afirma. “Es por eso que esta vez me enorgullezco de un esfuerzo encabezado por ciudadanos que no sacrifica ninguna vida. Esta próxima batalla no es una batalla a muerte, sino una batalla para vivir para el futuro”.

Las otras dos cintas son mucho menos esperanzadoras. “Oppenheimer” concluye con la confirmación del personaje principal de que ha iniciado una reacción en cadena que podría “destruir al mundo entero”. Mahito, de “The Boy and The Heron”, abandona un universo paralelo peligroso, pero encantador, sabiendo que podría olvidar todo lo que ocurrió en su interior y cometer los mismos errores que sus antepasados, unos belicistas que intentan doblegar a la gente a su voluntad.

Sólo en “Godzilla Menos Uno” tenemos un verdadero final feliz. Bueno, hasta un recordatorio de que Godzilla no está realmente vencido.

Así como el monstruo nunca desaparece del todo, tampoco lo hace el tormento de Koichi.

© 2024 The New York Times Company

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