Otro caso es el de una señora que fue agredida al azar mientras hablaba por teléfono en Chelsea. Marcus Wright, de 37 años, el presunto agresor, tenía 36 detenciones previas, muchas de las cuales deberían haber sido perseguidas como delitos, pero, en cambio, fueron tratadas como faltas por la oficina de Bragg. Wright fue puesto en libertad sin fianza a pesar de haber agredido por trigesimoséptima vez a una dama desprevenida.