Willie Nelson, goza de su éxito
siendo él mismo

Nelson fue incluido en el Salón de la Fama del Rock & Roll. En diciembre, una retrospectiva documental de cuatro partes, “Willie Nelson & Family”

Willie Nelson suele lucir un paliacate rojo y un tahalí rojo, blanco y azul.

vie 16 de febrero de 2024 a las 16:19

Por Steven Kurutz/ The New York Times

“Hazme churro y fúmame cuando muera”, cantó Willie Nelson en el Hollywood Bowl durante la celebración de su cumpleaños número 90 en abril.

Llevaba un sombrero vaquero sobre un paliacate rojo y el cabello le caía por la espalda. Su guitarra, una acústica clásica curtida por los años llamada Trigger, colgaba del tahalí rojo, blanco y azul alrededor de su cuello. A su lado estaba su viejo amigo Snoop Dogg.

Fue uno de los muchos momentos memorables para Nelson en el 2023. En febrero pasado, ganó un Grammy al mejor álbum country. En noviembre, después del lanzamiento de su libro, “Energy Follows Thought: The Stories Behind My Songs”, Nelson fue incluido en el Salón de la Fama del Rock & Roll. En diciembre, una retrospectiva documental de cuatro partes, “Willie Nelson & Family”, comenzó a transmitirse vía streaming en Paramount+.

Pero hubo una época en que las perspectivas de Nelson parecían dudosas. El Willie Nelson de la década de 1960 parecería no tener nada en común con el “vaquero cósmico” (como él mismo se describió en una ocasión) que el público ama.

En la portada de su álbum de 1962 “... And Then I Wrote”, tiene el cabello corto, viste traje y luce una sonrisa ansiosa. En su álbum de 1968, “Good Times”, está jugando golf con una mujer joven en minifalda. Los álbumes se vendieron mal y Nelson, radicado en Nashville, Tennessee, se sintió frustrado por su falta de agencia en RCA Records.

En 1972 se estableció en Austin, Texas, conocida por su política progresista y mezcla de estilos musicales, desde conjunto hasta blues. Se dejó crecer el cabello, usó pantalones de mezclilla y camisetas en sus conciertos y redobló la mariguana como su estimulante de estado de ánimo preferido.

Para evitar que el sudor le entrara en los ojos, llevaba un paliacate rojo alrededor de la frente. Se dejó crecer las patillas y luego una barba desaliñada. La nueva apariencia se adaptaba a los tiempos cambiantes, aunque no fue algo calculado.

“Se sintió bien dejarme crecer el cabello”, reflexionó Nelson en su autobiografía del 2015, “Es una Larga Historia”. “Se sentía bien subir al escenario con los mismos jeans que había usado todo el maldito día. En mi opinión, me estaba convirtiendo exactamente en la persona que era”.

También logró salvar una brecha en la vida cultural estadounidense. Como dijo Turk Pipkin, que ha coescrito dos libros con Nelson: “Él unió a los hippies y a los sureños”.

En 1973, organizó el primero de lo que se convertiría en un evento anual, el Picnic del 4 de julio de Willie Nelson. El concierto, en un rancho en Texas, atrajo tanto a fans de la música country como a progresistas que estaban descubriendo su música a través de álbumes como “Shotgun Willie”, lanzado en su nuevo sello, Atlantic Records.

La voluntad de Nelson de seguir sus instintos fue una clave de su éxito, dijo Peter Blackstock, periodista del The Austin American-Statesman.

Las contradicciones han definido su vida y su trayectoria. Nelson es alguien que posee una casa en Maui, Hawai, pero también opera Willie’s Place, una parada de camiones y planta de procesamiento de biodiesel en Carl’s Corner, Texas. Ha impartido escuela dominical en Fort Worth, Texas, y elogiado a Las Vegas, Nevada, por su “energía vividora”. Sus bienes han sido confiscados por el Departamento de Hacienda de EU y cantó en un concierto benéfico para veteranos en el 2014 con el Presidente Barack Obama.

“El pensamiento común en el caso de casi todos nosotros es ver las cosas como posiciones contrarias”, dijo Pipkin. “Willie no necesariamente las ve como contrarias. No ve al multimillonario y al vagabundo de manera diferente”.

O, como dijo Nelson en su autobiografía: “Soy un hombre de muchas partes”.

“Se sintió bien dejarme crecer el cabello”.

© 2024 The New York Times Company

Notas Relacionadas