Trazan el origen de diamantes desde la mina
Recientemente se creó un programa de rastreabilidad de diamantes con la finalidad de trazar el camino de estos desde una mina hasta la cadena de suministro
Una empleada de De Beers clasifica diamantes. La compañía es dueña de Tracr, una plataforma de rastreabilidad.
Por Victoria Gomelsky/The New York Times
Trazar el camino de un diamante desde una mina a través de la cadena de suministro global no es sencillo. Una razón de ello podría ser que ni la industria joyera ni los consumidores le dieron prioridad.
Ahora, principalmente debido a la guerra en Ucrania y las sanciones adicionales a partir del año entrante contra los diamantes de Rusia (el mayor exportador de diamantes del mundo por volumen), “saber de dónde proviene un diamante se está convirtiendo en información esencial”, dijo Al Cook, director general del coloso minero De Beers Group, en una feria joyera en Las Vegas, en junio.
Cook aprovechó el evento para promover una plataforma de cadena de bloques que De Beers espera que se convierta en el nuevo estándar de rastreabilidad de la industria.
Conocida como Tracr, la compañía echa mano de fotografía de alta velocidad para crear un gemelo digital de un diamante en bruto.
De Beers, el propietario de Tracr, la está promoviendo como la columna vertebral de su nueva iniciativa, la suite de servicios Origin del De Beers Institute of Diamonds, una división de la compañía que ofrece servicios de clasificación, de capacitación y educativos.
Origin Services fue diseñado para educar a los compradores sobre sus diamantes mucho más allá de las “Cuatro Cs” (corte, color, claridad y peso en quilates, en inglés), explicó David Prager, vicepresidente ejecutivo de De Beers.
Los diamantes con inscripciones del Código de Origen de De Beers ahora tienen etiquetas de código QR. Cuando un cliente escanea un código, abre un sitio con contenido multimedia que incluye verificación de que el diamante es natural y que no es creado en un laboratorio e identifica si se originó en Botswana, Canadá, Namibia o Sudáfrica.
“Al escanear ese código QR, podrán entender el carácter de su diamante”, señaló Prager.
Tracr es uno de varios programas de rastreabilidad introducidos en los últimos meses. Algunos, como el sistema AutoScan Plus del proveedor israelí de tecnología de diamantes Sarine, están basados en datos, mientras que otros dependen de garantías o auditorías.
El hecho de que los programas estén saliendo al mercado ahora no es una coincidencia. Los países del Grupo de los 7 acaban de anunciar sanciones que prohíben la importación de piedras preciosas extraídas o procesadas en Rusia a partir del 1 de enero.
Greg Kwiat, director general de Kwiat Diamonds, una marca de joyería de diamantes en Nueva York, dijo que el programa de rastreabilidad Mine to Shine de la compañía, presentado en junio, fue creado para mostrar cómo los diamantes afectan positivamente a las comunidades de África donde son extraídos.
Los consumidores pueden seguir sus piedras desde la mina a través de las etapas de corte y engaste en joyería.
En el 2019, Nicholas Moltke, un ex ejecutivo de ventas de De Beers, fundó Botswanamark, una compañía que vende diamantes sueltos que, a través de tecnología de cadena de bloques, dijo que tienen certificación de haber sido extraídos de manera responsable en Botswana. Mientras estuvo en De Beers, trabajó durante cinco años en Gaborone, la Capital de Botswana.
“Vi de primera mano cómo estos diamantes hacen bien y lo importante que son para las comunidades que viven de ellos”, declaró.
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