Los piojos cargan en ellos historia humana

Un estudio arrojó que algunos piojos en las Américas son híbridos de los que fueron llevados allí por indígenas estadounidenses y otros que fueron cruzados por el Atlántico por colonos europeos

El piojo humano es más cercano a piojos en chimpancés. Un huevecillo de piojo en pelo humano.

mar 12 de diciembre de 2023 a las 15:19

Por Carl Zimmer / The New York Times

A lo largo de nuestra travesía evolutiva, desde primates tipo monos hasta simios bípedos y humanos, hemos contado con la compañía de Pediculus humanus, el piojo humano.

Los piojos han grabado este viaje en sus genes. Un nuevo estudio arrojó que algunos piojos en las Américas son híbridos de los que fueron llevados allí por indígenas estadounidenses y otros que fueron cruzados por el Atlántico por colonos europeos.

Los piojos suelen habitar en la cabeza de la gente, aferrándose a la raíz del pelo, perforando el cuero cabelludo y bebiendo sangre. Incapaces de sobrevivir lejos de cuerpos humanos, los parásitos saltan de una persona a otra. Si hay gente hacinada en condiciones insalubres, los piojos pueden propagarse a la ropa y alimentarse de otras partes del cuerpo.

Otros mamíferos y aves tienen sus propios piojos.

Al analizar ADN, entomólogos pueden revelar qué especies están más estrechamente relacionadas.

A inicios de la década del 2000, David Reed, de la Universidad de Florida, y su equipo hallaron que los piojos humanos están más estrechamente relacionados con los piojos que viven en chimpancés y más lejanamente relacionados con los piojos en monos.

Otra especie, Pthirus pubis (mejor conocida como ladilla), habita únicamente en el vello púbico humano. Reed y sus colegas han descubierto que sus primos más cercanos son piojos que viven en gorilas.

En otro estudio, Reed y su equipo compararon piojos humanos de diferentes partes del mundo. Analizaron ADN mitocondrial, transmitido únicamente por las hembras. Hallaron que muchos piojos pertenecían a uno de dos linajes que se separaron de un piojo hembra que vivió quizás hace un millón de años.

$!Un nuevo estudio halló dos grupos geográficos del piojo humano que coinciden con migraciones a las Américas.

El equipo especuló que esta división se produjo cuando los humanos se expandieron fuera de África. Junto con sus propios piojos, contrajeron piojos de los neandertales o de algún otro grupo humano extinto.

Recientemente, los investigadores se han centrado en el ADN cromosómico que los piojos heredan de ambos padres.

En el 2010, Marina Ascunce, una genetista evolutiva del Departamento de Agricultura de EU, se unió al equipo de Reed y dirigió un esfuerzo para recolectar ese ADN de otros sitios.

En el nuevo estudio, publicado en PLOS One, Ascunce y sus colegas analizaron el ADN de 274 piojos recolectados de personas en 25 lugares del mundo.

El ADN reveló dos conjuntos geográficos. Uno estaba presente en África, Asia y las Américas. Entre estos piojos, los investigadores hallaron un vínculo genético estrecho entre Honduras y Mongolia. Sospechan que esto es una señal de que los asiáticos que originalmente llegaron a las Américas hace unos 23 mil años trajeron piojos consigo.

Los piojos restantes formaron un segundo grupo, hallado en Europa, así como en EU, México y Argentina.

Ascunce y su equipo ven una crónica de la historia moderna: los colonos europeos navegaron al Nuevo Mundo trayendo sus piojos. En las Américas, el segundo grupo se propagó y, en ocasiones, acabó en la cabeza de personas que ya estaban infectadas con piojos del primer grupo.

Sin embargo, si estos piojos son híbridos coloniales, a los investigadores les sorprende no haber hallado más. Es posible que los grupos estuvieran aislados unos de otros durante tanto tiempo que adquirieron mutaciones que formaron una barrera para la cruza.

© 2023 The New York Times Company

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