Piedra por piedra, México recupera sus tesoros perdidos

Desde que inició la campaña de restitución en el 2019, México ha recuperado más de 13 mil artefactos.

El Monumento 9, una talla de piedra de 2 mil 600 años de antigüedad y de una tonelada de peso, fue devuelto a México.

jue 9 de noviembre de 2023 a las 9:53

Por David Shortell / The New York Times

Los arqueólogos mesoamericanos lo conocen como el Monumento 9: una talla en piedra de 2 mil 600 años de antigüedad de la cara abierta de un jaguar, de aproximadamente un metro y medio de ancho y alto y una tonelada de peso.

Hace casi 60 años, la reliquia fue saqueada de las ruinas de Chalcatzingo, un sitio olmeca al sur de la actual Ciudad de México, y llevada de contrabando a Estados Unidos, donde desapareció en una red de colecciones privadas. La ausencia de la reliquia, construida entre los años 700 a.C. y 500 a.C., molestó durante mucho tiempo a los expertos mexicanos. En su época, la piedra se habría utilizado como portal para que sacerdotes y gobernantes pasaran al inframundo, pero las pocas fotografías que existían de ella no podían transmitir completamente su peso simbólico.

Sin embargo, en marzo, las autoridades estadounidenses notificaron a los funcionarios mexicanos que habían confiscado la piedra después de rastrearla hasta una bodega en Denver, Colorado. Y en mayo, la talla regresó a casa con estilo, escoltada por vehículos militares desde el aeropuerto de Cuernavaca, México, hasta un museo regional cercano.

“Tenerla aquí a la mano es como colocar la última pieza del rompecabezas y empezar a ver cómo funcionaba”, dijo Carolina Meza, arqueóloga titular de Chalcatzingo. “Es único a nivel mexicano, mesoamericano y global”.

$!El Monumento 9 está en el Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en Cuernavaca, cerca de donde fue saqueado.

En los últimos años, México ha realizado esfuerzos para recuperar su patrimonio cultural robado, uniéndose a otros países para corregir décadas de robo. El Monumento 9 podría ser su mayor premio hasta el momento.

Los rasgos, incluyendo cejas distintivas y plantas de bromelia que se extienden desde las esquinas de la mandíbula, fechan la pieza a los olmecas, que se mudaron desde la costa del Golfo hace 2 mil 800 años.

Para los olmecas, el inframundo era un plano místico que guardaba poca semejanza con el paisaje ardiente de las narraciones bíblicas. La pieza pudo haber sido colocada sobre la entrada de una cueva y utilizada en ceremonias relacionadas con la mayoría de edad o la transición al sacerdocio.

Desde que inició la campaña de restitución en el 2019, México ha recuperado más de 13 mil artefactos. Una táctica ha consistido en esperar a que reliquias mexicanas salgan a subasta, momento en el que las autoridades actúan. Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura de México, dijo: “No hay nada más vulgar o naco que poner precio a un símbolo de nuestra identidad”.

Desaparición del Monumento 9

El año pasado, atendiendo a una solicitud del Cónsul general de México en Nueva York, investigadores de la Unidad de Tráfico de Antigüedades de la Fiscalía del Distrito de Manhattan abrieron una investigación sobre la ubicación y manejo del desaparecido Monumento 9. Determinaron que la pieza pasó por Nueva York en algún momento, dándoles jurisdicción para investigar su robo.

En Chalcatzingo, los investigadores identificaron a dos campesinos que vieron la pieza cuando eran niños. Las entrevistas revelaron que la reliquia fue descubierta inicialmente en 1962 por trabajadores que labraban un campo, y que para 1964 estaba quebrada en pedazos.

Ese año, dijo Mateo Bogdanos, jefe de la unidad, “un grupo de gringos –extranjeros– vinieron y envolvieron los pedazos en hojas grandes para protegerlos, los metieron en la parte trasera de un camión y se los llevaron”.

Los investigadores creen que de allí, la piedra olmeca cruzó a EU escondida en los cargamentos de un conocido saqueador, William Spratling. En 1965 apareció en Nueva York, fotografiada para una venta. La reliquia cambió de manos cuatro veces más, apareciendo brevemente en exposiciones de museos, incluyendo en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, que la registró en un libro de exposición de 1970 como una “máscara de jaguar colosal”.

El equipo de NY encontró un listado reciente de la pieza en una casa de subastas. El propietario la compró en el 2000 por 2.25 millones de dólares y la ofrecía en 12 millones. No se han presentado cargos en el caso, aunque se está llevando a cabo una investigación.

Las autoridades en México planean reunir muchos de los artefactos recuperados en una exhibición el próximo año, dijo Frausto. Con el tiempo, la piedra olmeca regresará a Chalcatzingo, donde se está construyendo un museo.

Por ahora reposa sobre un pedestal en el vestíbulo del Museo Regional de los Pueblos de Morelos, en Cuernavaca, a una hora de la zona arqueológica.

“Estas piezas todavía tienen importancia”, dijo Rodolfo Candelas, director del museo. “Todavía te hablan, todavía te dicen algo. Te recuerdan lo que fue. Te recuerdan quizás un poco de lo que hay”.

© 2023 The New York Times Company

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