La roca del espacio: Un objeto celestial desata una disputa judicial en Suecia

Por Christina Anderson | The New York Times

El viaje de la roca de hierro desde el espacio terminó con un ruido sordo en un denso bosque de pinos, aproximadamente a una hora al norte de Estocolmo, alrededor de las 22:00 horas una noche de noviembre de hace cuatro años.

Curiosamente, su trayectoria fue captada por varias cámaras en la región utilizadas para rastrear meteoritos. Eso llevó a una búsqueda de una semana y a una batalla judicial aún más larga sobre una pregunta inusual: ¿A quién pertenece un objeto de fuera de este mundo que cae a la Tierra?

El caso legal dio otro giro el 21 de marzo, cuando un tribunal de apelaciones falló a favor del propietario de la tierra, anulando una decisión que había favorecido a los dos hombres que lo habían recuperado.

Días después de que cayó la roca, Anders Zetterqvist, un geólogo, encontró el lugar donde primero impactó al suelo. Después de varias semanas de búsqueda, su amigo Andreas Forsberg, colega geólogo, encontró el trozo de 13.6 kilos en el musgo donde había rebotado, a unos 70 metros de distancia. “Para mí fue el hallazgo de mi vida”, afirmó.

Después de unas semanas, los hombres llevaron la roca al Museo Sueco de Historia Natural, donde se conserva desde el 2020. “Teníamos miedo de que cientos de personas de todo el mundo llegaran a buscar más”, dijo Forsberg.

En el mercado mundial de los coleccionistas privados, una como ésta podría redituar decenas de miles de dólares, dijo Dan Holtstam, investigador del museo. Aproximadamente una semana después de que los geólogos hicieron público su hallazgo, el propietario de la finca donde fue encontrado el meteorito, Johan Benzelstierna von Engestrom, envió una carta al museo reclamando su propiedad. Así estalló la batalla legal.

En diciembre del 2022, el Tribunal de Distrito de Uppsala falló a favor de los geólogos y consideró el meteorito un bien mueble. “Un meteorito recién caído no forma parte de la propiedad en la que ha caído”, escribió el juez.

Pero el juez Robert Green, uno de los jueces del tribunal de apelaciones, dijo que el caso giraba en torno a dos cuestiones: si los meteoritos podían considerarse bienes “inmuebles” y el alcance de una ley consuetudinaria sueca, conocida como “Allemansrätten”, que establece el derecho de acceso público.

La Allemansrätten permite a todos en Suecia moverse en la naturaleza, incluyendo hacer senderismo o acampar, incluso en propiedad privada.

“Eso incluye cierto derecho a tomar bayas e incluso piedras pequeñas”, dijo el juez Green. Los demandantes argumentaron que el derecho a recoger cosas pequeñas podría incluir objetos valiosos.

Pero el juez Green dijo en el fallo: “Hemos evaluado que lo más parecido a nuestro alcance es considerar los meteoritos o las rocas espaciales como parte de bienes inmuebles al igual que otras piedras, aunque intuitivamente pueda parecer que un meteorito es algo extraño a la Tierra”. (El propietario dijo que planea ceder la roca a un museo en préstamo permanente).

© 2024 The New York Times Company

Cayó un meteorito en una propiedad privada en Suecia en el 2020. Su recuperación dio lugar a una batalla judicial.

sáb 30 de marzo de 2024 a las 23:32

Por Christina Anderson | The New York Times

El viaje de la roca de hierro desde el espacio terminó con un ruido sordo en un denso bosque de pinos, aproximadamente a una hora al norte de Estocolmo, alrededor de las 22:00 horas una noche de noviembre de hace cuatro años.

Curiosamente, su trayectoria fue captada por varias cámaras en la región utilizadas para rastrear meteoritos. Eso llevó a una búsqueda de una semana y a una batalla judicial aún más larga sobre una pregunta inusual: ¿A quién pertenece un objeto de fuera de este mundo que cae a la Tierra?

El caso legal dio otro giro el 21 de marzo, cuando un tribunal de apelaciones falló a favor del propietario de la tierra, anulando una decisión que había favorecido a los dos hombres que lo habían recuperado.

Días después de que cayó la roca, Anders Zetterqvist, un geólogo, encontró el lugar donde primero impactó al suelo. Después de varias semanas de búsqueda, su amigo Andreas Forsberg, colega geólogo, encontró el trozo de 13.6 kilos en el musgo donde había rebotado, a unos 70 metros de distancia. “Para mí fue el hallazgo de mi vida”, afirmó.

Después de unas semanas, los hombres llevaron la roca al Museo Sueco de Historia Natural, donde se conserva desde el 2020. “Teníamos miedo de que cientos de personas de todo el mundo llegaran a buscar más”, dijo Forsberg.

En el mercado mundial de los coleccionistas privados, una como ésta podría redituar decenas de miles de dólares, dijo Dan Holtstam, investigador del museo. Aproximadamente una semana después de que los geólogos hicieron público su hallazgo, el propietario de la finca donde fue encontrado el meteorito, Johan Benzelstierna von Engestrom, envió una carta al museo reclamando su propiedad. Así estalló la batalla legal.

En diciembre del 2022, el Tribunal de Distrito de Uppsala falló a favor de los geólogos y consideró el meteorito un bien mueble. “Un meteorito recién caído no forma parte de la propiedad en la que ha caído”, escribió el juez.

Pero el juez Robert Green, uno de los jueces del tribunal de apelaciones, dijo que el caso giraba en torno a dos cuestiones: si los meteoritos podían considerarse bienes “inmuebles” y el alcance de una ley consuetudinaria sueca, conocida como “Allemansrätten”, que establece el derecho de acceso público.

La Allemansrätten permite a todos en Suecia moverse en la naturaleza, incluyendo hacer senderismo o acampar, incluso en propiedad privada.

“Eso incluye cierto derecho a tomar bayas e incluso piedras pequeñas”, dijo el juez Green. Los demandantes argumentaron que el derecho a recoger cosas pequeñas podría incluir objetos valiosos.

Pero el juez Green dijo en el fallo: “Hemos evaluado que lo más parecido a nuestro alcance es considerar los meteoritos o las rocas espaciales como parte de bienes inmuebles al igual que otras piedras, aunque intuitivamente pueda parecer que un meteorito es algo extraño a la Tierra”. (El propietario dijo que planea ceder la roca a un museo en préstamo permanente).

© 2024 The New York Times Company

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