Inicia controversia sobre árbol de cerezos que florece

Algunos argumentan que los yoshinos deberían ser reemplazados por cerezos reales que se distinguen por la falta de pelo en sus capullos

Cerezos japoneses son comunes en Corea del Sur. A algunos les molesta eso.

mié 3 de abril de 2024 a las 21:12

Por John Yoon, Mike Ives y Hisako Ueno/ The New York Times

GYEONGJU, Corea del Sur — Shin Joon Hwan, un ecologista, caminó entre cerezos a punto de florecer recientemente, examinando los finos pelos alrededor de sus capullos color rojo oscuro.

Las flores en Gyeongju, Corea del Sur, pertenecen a una variedad japonesa común llamada cereza Yoshino, o de Tokio. El grupo de Shin quiere reemplazar esos árboles con una especie que, según insiste, es endémica de Corea del Sur, llamada cereza real.

“Estos son árboles japoneses que crecen aquí, en la tierra de nuestros antepasados”, dijo Shin, de 67 años, ex director del arboreto nacional de Corea del Sur.

El incipiente proyecto de Shin es el último giro en un complejo debate sobre los orígenes de los cerezos de Corea del Sur. La ciencia se ha visto enredada en más de un siglo de propaganda nacionalista y evolución genética.

Durante el dominio japonés de la Península de Corea, de 1910 a 1945, se sembraron yoshinos como parte de un esfuerzo por inculcar “refinamiento cultural” en los súbditos coloniales, dijo David Fedman, autor del libro “Semillas de Control”.

Desde entonces, los yoshinos han estado entrelazados con la espinosa política del colonialismo. En ocasiones, los surcoreanos los han talado en señal de protesta. Y algunos argumentan que los yoshinos deberían ser reemplazados por cerezos reales —que se distinguen por la falta de pelo en sus capullos— alegando que éstos son más coreanas.

A principios del siglo 20, los científicos japoneses describieron los cerezos reales, que se encuentran en la isla de Jeju, al sur de la península de Corea, como los padres de los yoshino. La afirmación de que los yoshinos se originaron en Jeju motivó a los surcoreanos a difundirlos por todo el País en la década de 1960.

$!Jin-Oh Hyun (izq.) un botánico que propaga cerezos reales, quiere “ver desaparecer los cerezos yoshino” de Corea del Sur.

Desde entonces, los científicos han desacreditado esa teoría. Pero otra —que los cerezos reales son coreanos— sigue viva.

La teoría tiene sus propios críticos. Wybe Kuitert, profesor jubilado de estudios ambientales en la Universidad Nacional de Seúl, dijo que “cerezo real” se refiere a un conjunto de híbridos, no a una especie con un hábitat definido.

Pero Seung-Chul Kim, taxónomo de plantas estadounidense en la Universidad Sungkyunkwan, en Corea del Sur, dijo que la iniciativa para reemplazar a los yoshinos valía la pena. Incluso si la trayectoria evolutiva de los cerezos reales no está clara, dijo, evolucionaron de forma independiente en Jeju.

Su grupo aspira a reemplazar a todos los yoshino del País para el 2050.

Dos arbolistas en Japón dijeron que respetaban los esfuerzos de Corea del Sur por reemplazar los yoshinos.

“Los cerezos por sí solos no tienen significado”, dijo Nobuyuki Asada, secretario general de la Asociación Japonesa de Cerezos en Flor. “Eso depende de cómo la gente elige verlos y manejarlos”.

© 2024 The New York Times Company

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