Estudio demuestra que simios viven en armonía como los humanos

Los primeros estudios se hicieron con bonobos en zoológicos, pero a lo largo de los años se han venido observando en la naturaleza

Una hembra bonobo adulta acicala a un macho adolescente de un grupo vecino en la Reserva Kokolopori Bonobo en la República Democrática del Congo.

dom 24 de diciembre de 2023 a las 14:42

Por: Carl Zimmer/ The New York Times

Si una manada de babuinos se topa con otra manada en la sabana, es posible que mantengan una distancia respetuosa o que se peleen. Pero los grupos humanos a menudo hacen otra cosa: cooperan.

La cooperación humana es tan sorprendente que los antropólogos la han considerado durante mucho tiempo un sello distintivo de nuestra especie. Han especulado que surgió gracias a la evolución de nuestros poderosos cerebros, que nos permiten utilizar el lenguaje, establecer tradiciones culturales y realizar otras conductas complejas.

Pero un nuevo estudio, publicado en la revista Science, pone en duda esa singularidad.

Resulta que dos grupos de simios en África han convivido y cooperado entre sí con regularidad desde hace años.

“Tener relaciones amistosas, extensas y cooperativas entre miembros de otros grupos que no tienen lazos de parentesco es realmente extraordinario”, dijo Joan Silk, primatóloga en la Universidad Estatal de Arizona que no participó en el estudio.

La nueva investigación surge de observaciones a largo plazo de bonobos, una especie de simio que vive en los bosques de la República Democrática del Congo. Hace un siglo, los primatólogos pensaban que los bonobos eran una subespecie esbelta de chimpancé. Pero las dos especies son genéticamente diferentes y se comportan de maneras notablemente disímiles.

Entre los chimpancés, los machos ocupan un lugar dominante en la sociedad. Pueden ser extremadamente violentos, matando incluso a bebés. Sin embargo, en los grupos de bonobos dominan las hembras y nunca se ha observado que los machos cometan infanticidio. Los bonobos a menudo desactivan los conflictos con el sexo, una estrategia que los primatólogos no han observado entre los chimpancés.

Los científicos realizaron la mayoría de sus primeras observaciones de bonobos en zoológicos. Pero en los últimos años se han realizado estudios a largo plazo sobre los simios en la naturaleza.

En el 2016, Martin Surbeck, ecólogo conductual en la Universidad de Harvard, instaló un nuevo sitio de observación en la Reserva Kokolopori Bonobo en la República Democrática del Congo.

Trabajando con el pueblo mongandú que vive en las aldeas vecinas, emprendió caminatas por los bosques en busca de bonobos.

En su primer viaje de exploración, Surbeck se impactó al ver lo que sucedió cuando el grupo de bonobos que seguían se encontró con otro. Después de algunos ululares emocionados, los simios se acomodaron en una reunión amistosa. En contraste, los chimpancés machos suelen patrullar los límites de sus áreas, listos para pelear contra los machos de otros grupos.

$!Una hembra bonobo adulta acicala a un macho adolescente de un grupo vecino en la Reserva Kokolopori Bonobo en la República Democrática del Congo.

Después de eso, Surbeck y sus colegas llegaron a conocer bien a los dos grupos de bonobos. Llamaron a un grupo de 11 adultos, Ekalakala. El otro grupo, de 20 adultos, fue conocido como Kokoalongo.

Él y sus colegas observaron 95 encuentros entre los dos grupos en el curso de dos años. Algunos duraron menos de una hora, pero otros duraron días. Una vez, los grupos Ekalakala y Kokoalongo convivieron dos semanas antes de separarse.

Durante estas reuniones, los bonobos se comportaron de forma muy parecida a como lo harían en un solo grupo. Se acicalaban unos a otros, compartían comida y cooperaban para ahuyentar a víboras.

Sin embargo, los dos grupos se mantuvieron distintos. Los científicos no encontraron evidencia de descendencia de simios Ekalakala y Kokoalongo. Los dos grupos incluso mantuvieron sus propias culturas. Aunque sus áreas de distribución se traslapaban, cazaban diferentes tipos de animales. Los bonobos Ekalakala perseguían pequeños mamíferos parecidos a ciervos llamados duikers. Los bonobos Kokoalongo cazaban ardillas.

Liran Samuni, experta en chimpancés del Centro Alemán de Primates, en Göttingen, quien se unió a la investigación en Kokolopori, dijo que la cooperación entre los grupos no era sólo el resultado de amistad general entre los bonobos. “No es simplemente aleatorio”, dijo.

Samuni y sus colegas descubrieron que simios individuales de los diferentes grupos formaban vínculos gradualmente a medida que se ofrecían mutuamente favores y obsequios. En algunos casos, dos simios de diferentes grupos incluso formaban una alianza para acosar a un tercer bonobo.

Silk espera que la nueva investigación impulsara estudios similares en otros lugares para ver cuán extendida es realmente esta cooperación entre los bonobos.

© 2023 The New York Times Company

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