Estelarizan circos mongoles, pero no en casa

El primer circo mongol fue creado en 1940. Generaciones de mongoles visitaban el espectáculo estatal cada año. Sin embargo, este decayó por la economía

Pese a la falta de instalaciones de entrenamiento, Mongolia ha producido algunos de los artistas de circo más codiciados.

mié 3 de enero de 2024 a las 19:2

Por David Pierson / The New York Times

ULÁN BATOR, Mongolia — Está tan frío como un refrigerador en la Escuela Circense de Mongolia, ubicada en un edificio otrora orgulloso que ahora tiene paredes agrietadas, techos mohosos y el olor rancio de décadas de humo de cigarro.

Un grupo de acróbatas adolescentes practican saltos y volteretas en el aire, levantando polvo al aterrizar, mientras un brusco instructor los reprende después de cada imperfección.

Pese a la falta de apoyo gubernamental y la escasez de instalaciones de entrenamiento, Mongolia produce algunos de los artistas circenses más codiciados del mundo para nombres tan importantes como Cirque du Soleil y Ringling Brothers. El edificio de la Escuela Circense de Mongolia, de 83 años de antigüedad, es uno de los únicos lugares donde profesionales y estudiantes pueden prepararse.

“Tenemos demanda en todo el mundo, pero ni siquiera podemos entrenar adecuadamente en nuestro propio País”, dijo Gerelbaatar Yunden, ex acróbata y director de circo que calcula que hay alrededor de mil 300 artistas mongoles trabajando en América del Norte y Europa.

$!Los artistas de la Escuela Circense de Mongolia practican en un edificio con techos mohosos y paredes agrietadas.

El antiguo circo estatal del País alguna vez necesitó muchos artistas capacitados. Pero ese no ha sido el caso durante muchos años, por lo que se ha producido un éxodo.

El primer circo mongol fue creado en 1940. Generaciones de mongoles visitaban el espectáculo estatal cada año. Pero el espectáculo decayó después de que Mongolia comenzó a eliminar gradualmente su economía paraestatal a raíz de su revolución democrática en 1990. Para la siguiente década, el Gobierno ya no podía darse el lujo de mantener el circo y comenzó a buscar compradores.

Uno de los mongoles más famosos de la época era Dagvadorj Dolgorsuren, un campeón de sumo mejor conocido por su nombre profesional japonés, Asashoryu. En el 2007, compró el circo y prometió devolverle su antiguo esplendor. Dijo que permitiría a los artistas entrenar en una arena moderna de forma gratuita y elevaría los salarios para atraer más talento.

Dashdendev Nyam, que había trabajando en el extranjero como acróbata y malabarista, regresó rápidamente a Mongolia tras enterarse de la venta. Pero dijo que Asashoryu a menudo quería que los artistas trabajaran sin paga y limitaba estrictamente el acceso al moderno lugar para entrenar. Y los pocos artistas a los que se ofrecieron contratos no tenían garantía de que se mantuvieran más allá de un año. El circo terminó con limitado personal, realizando sólo un puñado de funciones cada dos o tres meses.

“Todo el mundo empezó a darse por vencido después de unos años”, dijo Dashdendev, de 38 años, que halló trabajo en Estados Unidos con Ringling Brothers.

Tsatsral Erdenebileg, de 36 años, contorsionista en “Zumanity” del Cirque du Soleil en Las Vegas, dijo que sin un espacio limpio y seguro para que los jóvenes aprendan, teme que la tradición circense de Mongolia eventualmente desaparezca. Añadió que habría dedicado su trayectoria a un circo nacional financiado por el Estado de haber existido uno en Mongolia.

Algo que la salva ha sido la abundancia de compatriotas que actúan junto a ella en Las Vegas. Se autodenominan la “mafia contorsionista mongola”, dijo Tsatsral.

“Nos tenemos unos a otros, pero aún extraño mucho mi hogar”, añadió. “Mi sueño es enseñar a la generación joven de Mongolia para que puedan llegar al Cirque du Soleil, pero ¿dónde voy a enseñar?”, dijo.

Khaliun Bayartsogt contribuyó con reportes.

© 2024 The New York Times Company

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