Ejército japonés batalla para crecer

El Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea tienen años de no alcanzar sus objetivos de reclutamiento, y la cifra de personal activo

El personal militar activo en Japón cayó 10 por ciento desde 1990. Un ejercicio de entrenamiento.

vie 29 de diciembre de 2023 a las 21:17

Por Motoko Rich y Hikari Hida / The New York Times

SASEBO, Japón — Luego de 75 años de paz, Japón enfrenta inmensos desafíos en su prisa por desarrollar un Ejército más formidable. Para entender por qué, consideremos al Noshiro, una fragata naval recién puesta en servicio equipada con misiles antibuque y sonar de rastreo de submarinos.

La embarcación fue diseñada para funcionar con unos dos tercios de la tripulación necesaria para operar un modelo anterior. Ahora se hace a la mar con incluso menos marineros que eso. En el puente, las tareas que ocupaban siete u ocho miembros de la tripulación se han consolidado en tres o cuatro.

“Estamos sistematizando muchas cosas”, señaló el Capitán Yoshihiro Iwata, de 44 años, cuando la fragata atracó hace poco en Sasebo, en el suroeste de Japón. “Pero, para ser sincero, una misma persona hace dos o tres trabajos distintos”, añadió.

La tripulación reducida del Noshiro apunta a la realidad demográfica en Japón al tiempo que enfrenta sus amenazas de seguridad más graves en décadas a raíz de las acciones militares cada vez más provocativas de China y el creciente arsenal nuclear de Corea del Norte.

$!La fragata Noshiro opera con una tripulación que tiene dos tercios del tamaño que en modelos anteriores.

Japón se ha comprometido a aumentar el gasto militar al 2 por ciento del PIB, o alrededor del 60 por ciento en los próximos cinco años, lo que le daría el tercer presupuesto de defensa más grande del mundo. Está adquiriendo misiles Tomahawk y ha gastado alrededor de 30 millones de dólares en sistemas de defensa contra misiles balísticos.

No obstante, a medida que la población envejece y se reduce —casi un tercio de los japoneses tiene más de 65 años y los nacimientos cayeron a un mínimo histórico el año pasado— algunos expertos temen que el Ejército no pueda dotar de personal a las flotas y los escuadrones tradicionales.

El Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea tienen años de no alcanzar sus objetivos de reclutamiento, y la cifra de personal activo —alrededor de 247 mil— es casi un 10 por ciento menor que en 1990.

Japón también debe atraer soldados con habilidades tecnológicas para operar equipos sofisticados o proteger de ataques cibernéticos. Para algunas tareas, los líderes militares dicen que pueden recurrir a sistemas no tripulados como drones, pero dicha tecnología aún puede requerir una gran cantidad de personal para operar.

También existe resistencia pública a aumentos de impuestos para financiar el presupuesto de defensa en un momento de crecientes costos sociales para los adultos mayores.

Hasta hace poco, el público se oponía a la adquisición de misiles capaces de atacar territorio enemigo o a cambios legales que permitirían a las tropas niponas, limitadas por la Constitución a defender la nación, librar combates fuera del País. Ahora que muchos ven a China como una amenaza a la seguridad de Japón, algunos sondeos muestran apoyo a tales medidas.

Sin embargo, eso no ha llevado a un aumento en el reclutamiento a las Fuerzas de Autodefensa de Japón, como se conoce al Ejército.

El General Yoshihide Yoshida, presidente del Estado Mayor Conjunto de Japón, dijo que el Ejército debería aumentar la proporción de mujeres al 12 por ciento, respecto a menos del 8 por ciento, para el 2030. Debe reclutar oficiales a media trayectoria, colaborar con el sector privado y desplegar inteligencia artificial y sistemas no tripulados, indicó.

Pero relatos de acoso sexual disuaden a las mujeres de alistarse. Y con una tasa de desempleo del 2.5 por ciento, es difícil atraer a egresados o personas que cambian de empleo.

Algunas tácticas de reclutamiento han fracasado. El Ejército transmitió anuncios en cines el verano pasado antes de la proyección de “El Servicio Silencioso”, un thriller ambientado en un submarino nuclear.

Cuando se le preguntó si los anuncios habían inspirado alistamientos, Hironori Ogihara, vocero del centro de reclutamiento en Okinawa, sonrió y se encogió de hombros.

“Aún no”, dijo.

© 2023 The New York Times Company

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