Convictos rusos son liberados para pelear y regresan a matar

Un estudio de los registros judiciales rusos realizado por el medio de comunicación independiente Verstka encontró que en el 2023 se iniciaron al menos 190 casos penales

Un aula en Velyka Oleksandrivka, Ucrania, en el 2022. Antes de disolverse el año pasado, el grupo Wagner dijo haber reclutado a más de 50 mil prisioneros.

mié 10 de abril de 2024 a las 15:43

Por Neil Macfarquhar y Milana Mazaeva/ The New York Times

Viktor Savvinov ya había sido encarcelado varias veces por diversos delitos —incluyendo robo, robo de autos y agresión— cuando asesinó a una compañera de parranda en el 2020, apuñalándola en el pecho con cuatro cuchillos.

Un tribunal ruso lo condenó a 11 años en una prisión de máxima seguridad. Entonces, cuando los reclutadores del grupo mercenario privado Wagner le ofrecieron libertad y borrón y cuenta nueva si iba a pelear en Ucrania, Savvinov aprovechó la oportunidad.

Para febrero, Savvinov había completado su servicio y estaba de regreso en su pueblo natal, Kutana. Un día de ese mes, andaba tambaleándose de borracho por las calles nevadas, dijeron los residentes, quejándose a toda voz de que los aldeanos no le mostraban suficiente respeto como veterano. La noche siguiente, asesinó a dos de ellos, dice un reporte policial, matando a un compañero de bebida con una barra de metal antes de matar a su propia tía distanciada dándole un hachazo en la cabeza y luego incendiando su casa de madera.

El reclutamiento de reos por parte de Rusia ha proporcionado una abrumadora ventaja de combatientes en la guerra de Ucrania.

Pero la estrategia resulta contraproducente, ya que los reclusos indultados por su servicio regresan a Rusia y cometen nuevos delitos.

El Gobierno ruso restringe la divulgación de información que dé mala imagen a la guerra. Pero un estudio de los registros judiciales rusos realizado por el medio de comunicación independiente Verstka encontró que en el 2023 se iniciaron al menos 190 casos penales contra reclutas de Wagner indultados.

Esos incluyeron 20 casos de asesinato o intento de asesinato, así como violaciones, robos y delitos relacionados con las drogas.

Aún así, el 23 de marzo, el Presidente Vladimir V. Putin firmó una nueva ley destinada a formalizar el proceso de reclutamiento de reclusos.

La nueva ley estableció una larga lista de delitos elegibles, incluidos asesinato, robo y algunas violaciones. Obtener indultos es ahora una cuestión de ley, no de un decreto presidencial, pero los convictos que salen de prisión para pelear pueden obtener uno sólo con la aprobación de sus comandantes militares.

“Nadie cerraba sus puertas con llave en el pueblo por la noche, pero ahora lo hacen incluso durante el día”, dijo una residente de Kutana, un pueblo siberiano de mil habitantes, que se negó a usar su nombre por temor a que Savvinov podría obtener otro perdón si fuera declarado culpable y se ofreciera nuevamente como voluntario para pelear en Ucrania.

$!Un cartel de reclutamiento militar ruso dice, “Los héroes no nacen, se hacen”, el año pasado en Ulán-Udá, Rusia.

El grupo Wagner empezó a reclutar presos en agosto de 2022, con la promesa de indultos a cambio de un contrato de seis meses. Antes de ser disuelto el año pasado tras un fallido motín contra el Kremlin, el grupo dijo que había reclutado a más de 50 mil prisioneros. Muchos de esos hombres murieron, algunos todavía combaten y se estima que 15 mil han regresado a sus hogares, sostiene Olga Romanova, directora de Rusia Tras las Rejas, una organización no gubernamental que se ocupa de asuntos de prisioneros.

Después de haber sobrevivido las terribles condiciones en las colonias penitenciarias y luego a la guerra, los convictos regresan a las calles sin rehabilitación. Y los agentes del orden a menudo se sienten intimidados por el nuevo estatus de los ex reclusos, dijo Romanova.

Entre los indultados tras crímenes particularmente espantosos se encuentran un asesino en serie de Sajalín conocido por su canibalismo; un miembro de una secta satanista condenado por asesinatos rituales; y un hombre que mató a su ex novia torturándola brutalmente durante horas.

El año pasado, Putin restó importancia a la cuestión de los convictos indultados que cometen nuevos delitos. “Esto es inevitable”, dijo. “Pero las consecuencias negativas son mínimas”.

La primavera pasada, cerca de la ciudad de Krasnodar, en el suroeste del País, un joven padre, Kirill Chubko, propietario de un negocio de fiestas, y uno de sus empleados se detuvieron una noche para reparar una llanta ponchada. Se toparon con tres ladrones que los obligaron a retirar alrededor de 2 mil dólares de cajeros automáticos antes de apuñalarlos mortalmente, según un informe policial. El jefe de la banda había sido condenado a 18 años de prisión en el 2016, pero fue liberado para combatir en Ucrania.

“Estas personas pertenecen en prisión”, dijo la viuda de Chubko. “Mi hijo y yo caminamos por el parque y es posible que anden caminando allí. No es como si tuvieran escrito en la frente que son criminales”.

© 2024 The New York Times Company

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