Comida virtual y emociones reales, lo nuevo en tecnología

La comida en los videojuegos puede ser una afirmación para quienes están familiarizados con ella, así como una invitación para quienes no lo están

Las escenas gastronómicas tienen que ver tanto con la gente como con la comida.

lun 1 de enero de 2024 a las 16:52

Por Lewis Gordon /The New York Times

La comida en los videojuegos a menudo es un recurso que confiere salud u otra ventaja a un jugador. Pero en Venba, un juego narrativo de cocina, la comida es algo en lo que se trabaja, algo a lo cual infundir emociones y algo que se saborea.

En una escena, una madre inmigrante cocina para su hijo, esperando que llegue a casa de la universidad.

Piernas de pollo se cocinan a fuego lento en una salsa espesa; un pescado crepita en una sartén. Pero el hijo no llega y el abundante plato de comida se enfría.

Venba, lanzado en julio, sigue los desafíos de una familia india que ha inmigrado a Canadá en los 80. Esta escena de comida preparada sin comer contiene casi todo el impulso temático del juego: cocinar es un acto de esmero, y la distancia generacional y geográfica puede generar melancolía.

“Para las mujeres del sur de Asia a las que se les ha asignado el rol de encargadas de cuidar a la familia, cocinar es muy importante”, comentó Abhi Swaminathan, el diseñador del videojuego. “Si rechazas una comida, o no acudes a una comida, les afecta mucho. Para mí, la reflexión era, ¿por qué es así?”.

En el videojuego narrativo de aventuras Thirsty Suitors, lanzado en noviembre, las escenas gastronómicas tienen que ver tanto con la gente como con la comida.

Mientras el jugador hace un pan sin levadura llamado paratha, se desarrolla el diálogo entre Jala, la protagonista, y su madre criticona.

$!(Visai Studios)

“Para muchos de nosotros, hacer algo con las manos, o realizar una actividad junto con tus padres es una forma de iniciar una conversación que, de otro modo, uno podría no querer tener”, aseveró Meghna Jayanth, diseñadora de narrativa, quien se inspiró en experiencias con su familia del sur de Asia.

Consume Me, un videojuego próximo a lanzarse, de Jenny Jiao Hsia y AP Thomson, explora la experiencia de Jiao Hsia de someterse a dietas en la preparatoria. “Estaba obsesionada con los números en la báscula y el conteo de calorías”, recordó ella.

Al asumir el papel de Jenny, el jugador gestiona sus métricas de necesidades. Si una de las métricas —energía, estado de ánimo o estómago, que se aplica tanto a la salud estomacal como a la valentía— cae a cero, Jenny sufre visiones de pesadilla y el juego termina.

“El juego no presenta soluciones a estos problemas”, indicó Thomson. “Te mostramos cómo sucedió esto en la propia vida de Jenny, y no necesariamente se resuelve de forma nítida o satisfactoria”.

Jayanth enfatizó que la comida en los videojuegos puede ser una afirmación para quienes están familiarizados con ella, así como una invitación para quienes no lo están.

“Es una forma sencilla de hacer que la gente tenga acceso a tu cultura”, manifestó. “Pero, sabes, si vas a probar nuestra comida, conócenos primero. Somos igual de intensos y vibrantes”.

© 2024 The New York Times Company

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