Arqueólogos revelan estructuras en ciudad antigua de Pompeya

La zona recién excavada consta de un espacio estrecho donde vivían, dormían y trabajaban juntos burros y personas esclavizadas, moliendo harina para hacer pan

Un molino en Pompeya, donde encerraban esclavos en un espacio oscuro para moler grano. (Parco Archeologico Di Pompei/vÍa Reuters).

vie 15 de diciembre de 2023 a las 17:21

Por Elisabetta Povoledo/The New York Time

ROMA — Arqueólogos que excavan la ciudad antigua de Pompeya han ofrecido un vistazo sombrío a la existencia desoladora de esclavos hace 2 mil años, lo que incluye la existencia de una “panadería-prisión”.

La zona recién excavada consta de un espacio estrecho donde vivían, dormían y trabajaban juntos burros y personas esclavizadas, moliendo harina para hacer pan.

La única ventana que se halló ahí brindaba poca luz: no se abría al mundo exterior, sino a otra habitación en la casa y estaba atravesada por barrotes de hierro.

$!Dentro de un molino en Pompeya, donde esclavos y burros vivían juntos, trabajando para moler grano para pan. (Parco Archeologico Di Pompei/vÍa Reuters).

La brutalidad de las condiciones laborales en los molinos de esa época es descrita gráficamente en el Libro IX de “El Asno de Oro” del autor Apuleyo del siglo 2, informó el sitio arqueológico en una declaración emitida el 8 de diciembre.

Apuleyo describe a los trabajadores, vestidos con harapos y con los pies encadenados, con “los ojos tan nublados por el calor abrasador de esa oscuridad llena de humo que apenas podían ver, y como luchadores rociados de polvo antes de una pelea, estaban bruscamente blanqueados con ceniza harinosa”.

A los burros no les iba mejor: “sus flancos estaban desollados hasta los huesos a fuerza de latigazos; sus pezuñas se habían ensanchado enormemente en la interminable marcha sobre el ruedo; y su piel era toda asperezas como consecuencia de los años, de la sarna y de la decrepitud”.

Sepultada por una erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C., Pompeya se ha convertido a través de los siglos en un poderoso símbolo de la transitoriedad de la vida, y de la impotencia humana, cuando la naturaleza libera su poder.

Desde que iniciaron las excavaciones en el siglo 18, Pompeya ha seguido brindando preciados vistazos a las vidas y los hábitos de sus antiguos habitantes.

Los barrotes de hierro en la ventana de la panadería estaban diseñados para evitar que los trabajadores esclavizados huyeran, dijo Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya.

El reducido espacio de trabajo tenía al menos cuatro piedras de molino apretujadas. El piso a su alrededor está marcado por una serie de muescas semicirculares de profundidad variada, usadas para evitar que los animales resbalaran sobre el pavimento, pero también para “mantenerlos en una especie de coreografía”, explicó Zuchtriegel.

Bajo la supervisión de Zuchtriegel, se ha ofrecido a los visitantes una lectura más compleja e interdisciplinaria de la antigua ciudad, al tiempo que investigaciones recientes se han enfocado en la compleja estratificación de la sociedad de Pompeya.

Los descubrimientos en la panadería de Pompeya ofrecían “una imagen muy dura y sombría” de la vida ahí, dijo Zuchtriegel.

© 2023 The New York Times Company

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