Erasmo Portillo: “Hay que implementar tecnología y una gestión colaborativa”

El precandidato a la Alcaldía Municipal del Distrito Central basa su propuesta de campaña en la innovación tecnológica para un desarrollo integral

El precandidato a alcalde del Distrito Central por el movimiento Rescate y Transformación del Partido Nacional, y actual diputado titular del Congreso Nacional asistió al foro “Hablemos de política”, transmitido por EL HERALDO, LA PRENSA y GO TV.

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Aspirante a alcalde

Tegucigalpa, Honduras.- Como una figura de familia tradicional, con afinidad hacia deportes como el pádel y el levantamiento de pesas, y lector de pensadores filosóficos y personajes históricos como el francés Robert Schuman se describe Erasmo Portillo, precandidato a la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) por el movimiento nacionalista Rescate y Transformación.

Tras renunciar al ejercicio de la abogacía para dedicarse a ser un empresario y un servidor público por medio de la política, el actual diputado del Congreso Nacional promueve una campaña anclada en innovación tecnológica y la idea de una gestión municipal colaborativa. Aquí un resumen de la entrevista que ofreció este martes 4 de marzo en la emisión vespertina de “Hablemos de política”.

Es esposo y padre de familia. ¿Qué representa esta faceta para usted?

Tengo 32 años, estoy casado con Analisa y tenemos tres hijos, de cinco, cuatro y dos años. Siempre que cuento esto me quedan viendo preocupados, pero con Analisa hemos hablado de que queremos tener seis hijos. Así que, si Dios quiere, estamos a medio palo y pues “toca chambear”.

En cuanto a su formación profesional...

Yo estudié Derecho afuera, en la Universidad de Navarra (España). Sin embargo, nunca me gustó mi carrera. METROe apasionó el tema de las empresas y me fui a estudiar al INCAE, una maestría en Administración de Empresas, y lo hice sobre todo porque cuando era novio de Analisa ella me dijo: “yo sé que a vos te gusta la política, pero te pido que, como familia, tengamos un ingreso en lo privado que nos asegure el sustento, porque la política es incierta”.

Así comenzó mi aventura como emprendedor, con altos y bajos, pero luchando.

¿En qué rubros de negocio se ha desarrollado?

Estoy en el sector restaurantero, de entretenimiento, deportivo y gasolinaro. Gracias a Dios, generamos decenas de empleos dignos. No es fácil emprender, sin embargo, hemos tenido el aval de la banca que confía en nosotros y hemos salido adelante.

Háblenos acerca de sus orígenes, ¿de dónde proviene su familia?

Mi familia es de Ocotepeque, ambas partes. De hecho, como dato curioso soy código 1401 en la identidad, y no porque haya nacido fuera de la capital, sino porque antes (no sé por qué) lo inscribían a uno en el departamento de donde eran los papás. Yo nací aquí en la capital. Soy el segundo de tres hijos.

El joven político es también un apasionado de los negocios, el deporte, la lectura y el tiempo en familia.

Cuando los compromisos políticos y otros deberes laborales lo permiten, ¿en qué emplea su tiempo libre? ¿Diría que tiene algún pasatiempo favorito?

El gimnasio me ha gustado mucho siempre y juego pádel de vez en cuando, que está bien de moda y a mi esposa le encanta. Pero la política consume bastante tiempo y me toca tratar de balancear los espacios con la familia. A veces es complicado porque salgo de mi casa a las 5:00 AM y los niños están dormidos, y cuando regreso por la noche también. Entonces trato de buscar un espacio para poder verlos. Y con Analisa tenemos un día a la semana que usamos para ir a cenar y tratar de cuidar ese espacio en pareja.

¿Hay algún personaje de la historia de Honduras o de la historia universal al que admire?

Me gusta mucho la vida y el ejemplo de Robert Schumann, uno de los fundadores de lo que hoy se conoce como la Unión Europea. Fue un hombre que además está en proceso de beatificación. Siempre primó el bienestar comunitario y de la sociedad. La vida de él me ha servido de bastante ejemplo.

¿Corrientes como la filosofía y la historia han sido parte importante para usted en la construcción de su perfil?

Cuando estuve en Navarra estudiando Derecho, como no me gustaba, lo que hacía era que matriculaba dos o tres asignaturas extra por semestre; eran de filosofía. Me gustaba mucho leer, escuchar a los profesores. Saqué alrededor de once clases de filosofía. Aproveché a leer bastante. De hecho, hay un escritor que me gusta mucho que se llama Ortega y Gasset, y creo que entre mis libros favoritos está “La rebelión de las masas”.

¿Sigue leyendo actualmente?

Sí, uso mucho el Kindle, me ayuda a leer. Justo ahorita, por ejemplo, estaba leyendo “Hábitos atómicos”, que es (creo) la segunda vez que lo leo. Me gusta refrescar porque siempre es bueno volver a las raíces. Hace poco había dejado de leer “El arte de la guerra” de Sun Tzu, y por alguna razón lo retome y lo terminé hace poquito.

Entrando en política, ha manifestado su deseo de ser alcalde porque desde el Congreso poco se puede hacer por el pueblo. ¿Podría ampliar esta idea?

Me cuesta ir al Congreso, lo digo francamente, porque creo que el 95% de las decisiones que se toman allí no se traducen en un beneficio real para la gente. El 80% del tiempo es ir a gritar, a agarrarse de las greñas. Justo por eso decidió no volver a aspirar como diputado.

Pocas veces se habla del verdadero llamado al servicio público. Se ha escuchado tanta teoría, tanta palabra bonita, tanta palabra romántica alrededor de la política, pero yo la veo como la más alta vocación. Se trata de administrar lo público y devolvérselo a los demás.

Y yo sé que tengo una vocación al servicio público porque lo demostré cuando estuve al frente de las Becas 20/20. Allí supe que sí se pueden hacer las cosas bien y cambiarle la vida a millas de personas desde un puesto público.

Más de 1.500 jóvenes pudieron ir al extranjero, a estudiar en universidades como Oxford, Harvard, Cambridge, Navarra. Más de 18.000 universitarios pudieron graduarse en universidades tanto públicas como privadas dentro del país. De repente fue un movimiento social sin precedentes. Así inició mi carrera política, a los 24 años. Y a mí nunca nadie me va a decir de que yo toqué un tan solo peso de las Becas 20/20. Esa es mi carta de presentación.

Es un político muy joven y con grandes aspiraciones. ¿Esto ha beneficiado o perjudicado su figura?

Es interesante porque desde que estuve en la función pública, en el gobierno pasado, no no nos veían con buenos ojos. Decían que era “parte del Kinder”, que yo no tenían la capacidad. Gracias a Dios pues se demostró lo contrario.

Claro, hubo que reconocer limitantes. Lo que uno tenía en aquel momento era la falta de experiencia. Por eso me rodeé de gente que sí tenía experiencia, y creo que esa es clave, rodearse de buenos equipos. Y lo he tratado de hacer también en mis empresas, rodearme de gente que sepa más que yo, que sean más inteligentes que yo.

Portillo considera que gracias a su labor con las Becas 20/20 la gente confió en él para llevarlo al Congreso Nacional.

¿Cuáles son los principales ejes que definen su campaña?

Con el estudio a profundidad que hicimos antes de tomar la decisión de aspirar a la alcaldía nos dimos cuenta de que la principal preocupación que hoy en día tiene el capitalino es la inseguridad, seguida del desempleo, el tráfico vehicular y el acceso al agua potable.

Es decir, hay ejes transversales que atacar, y uno muy importante es la implementación de tecnología. Por ejemplo, en el tema de tráfico estamos planteando un sistema de videovigilancia de tal manera que no solo tengamos cámaras, sino también sensores interconectados con semáforos y, además, el uso de inteligencia artificial. Esto nos va a permitir tener concentradas en un centro de monitoreo a fuerzas del orden, y desde allí accionar.

Hoy en día tenemos un alcalde que no alza la voz en el tema de seguridad. Aquí está concentrado el 15% de la población de todo el país. Este es el principal municipio. Aquí hay registrados 1.4 millones de habitantes, y estamos hablando de un flujo de alrededor de 1.8 millones de personas. Por eso, Dios mediante, el 25 de enero del 2026, como alcalde, voy a pedir que se me integre al Consejo de Defensa y Seguridad porque allí debe estar el alcalde tomando decisiones junto al gobierno central.

Por otra parte, ha planteado la idea de una gestión municipal colaborativa, a través de las alianzas público-privadas.

Yo me pregunto, “¿por qué se sigue gobernando actualmente como si estuviéramos en los años 70?”, cuando podríamos tener una gestión municipal colaborativa a través de una aplicación de la Alcaldía en el celular, donde el ciudadano pueda solicitar un permiso de operación, por ejemplo, o reportar que hay tres lámparas quemadas en una calle, o que de repente hay una calle que está hecha pedazos y que necesita ser bacheada, una cuneta obstruida.

Para esto se necesita una integralidad, por ejemplo, a través de sistemas como el SAP. De esa manera podremos tener un alcalde que, a través de una plataforma, él y su equipo de trabajo estén en contacto permanente con el capitalino. Ya la ciudad se hizo demasiado grande, como para que pensemos que se puede seguir manejando como si fuera un municipio con pocos habitantes.

Y sobre la eterna falencia en el sistema de distribución de agua potable...

Aquí en el Distrito Central la mitad de cada litro de agua que circula por la red de distribución se pierde, porque la red está obsoleta. Últimamente es uno de los elementos en los cuales tampoco se utiliza tecnología.

En ciudades del primer mundo se utiliza tecnología que le permite a uno saber cuáles son las tuberías que están obstruidas, cuáles están obsoletas, cuáles tienen pérdidas de agua; de esa manera se puede hacer una inversión para restablecer la red de distribución. O sea, no solo es el tema de captar agua.

Y en otro tema, Tito Asfura dejó el avance de un 12% en la Represa San José, en la salida a Azacualpa. Hoy en día, después de tres años de esta alcaldía, solo se ha podido avanzar en un 6% más. No ha sido una prioridad. Y lo delicado de todo esto es que la represa San José puede llegar a abastecer hasta el 20% del déficit de agua de la capital.

¿Qué pasará con el Trans-450?

¿Cuántos gobiernos municipales han pasado diciendo que lo van a poner a operar, y nada que opera? Quien paga los platos rotos es el capitalino. Según los datos que levantamos, la mitad de los capitalinos se moviliza en automóvil propio, el 14% en taxi y solo un 30% en transporte público. La inseguridad y la falta de un transporte público eficiente impacta directamente en el tráfico vehicular.

Ya existe la Ley Hondureña de Transporte Terrestre, que lo que dice es que los dueños del transporte público deben ir al Instituto Hondureño de Transporte Terrestre a inscribir un consorcio operativo. De tal manera que una vez inscrito pueden ir a la banca para constituir un fideicomiso privado. Ese fideicomiso debe licitar de manera privada todo lo que es la provisión de los autobuses de primer nivel. Autobuses que tengan cámaras de videovigilancia, botón de pánico, Wi-Fi, aire acondicionado y utilización de método prepago para no tener que utilizar efectivo. Solo con esto estamos garantizando que ya el ciudadano pueda desplazarse en un transporte público eficiente.

Portillo dice que 1 de cada 4 capitalinos es cachureco, por lo que la probabilidad de que la capital vuelva a bañarse de azul nacionalista es alta.

¿Cómo evalúa la gestión de Jorge Aldana al frente de la Alcaldía Municipal?

Yo creo que Aldana es una gran persona, pero no ha sido un buen alcalde porque no ha sabido administrar los recursos como debería. Se ha enfocado en medio tapar baches, cuando un alcalde está para definir la visión de desarrollo integral, en donde los ciudadanos puedan acceder a una mejor calidad de vida, para sustituir ese “bendito sueño americano” por el sueño capitalino, que es lo que yo realmente creo y sé que podemos lograr desde la Alcaldía.

Yéndonos un poco más hacia atrás, el Distrito Central ha sido nacionalista por tradición. ¿Qué opina de los gobiernos municipales de Nasry Asfura y Ricardo Álvarez, ambos militantes de su partido?

Desde antes, con “El gordito” Castellanos, creo que hemos tenido alcaldes con una trayectoria interesante. Castellanos, Miguel Pastor y Ricardo Álvarez se caracterizaron por mucha inversión social. Después vimos un cambio radical en la inversión en infraestructura con “Papi”. Yo creo que eso generó una derrama y un desarrollo económico muy importante porque se generó el crecimiento del sector de la construcción.

Los estudios nos han dicho que uno de cada cuatro capitalinos es nacionalista, es cachureco. Por eso nosotros vemos la enorme oportunidad de recuperar la capital.

En estos próximos comicios habrá quienes voten por partidos, como tradicionalmente lo han hecho, y quienes lo hagan por el político en sí. ¿Qué voto espera usted?

Yo creo que la mayor revolución política de nuestro tiempo es entender que la política se trata de llegar a un puesto a servir, no a hacerse millonario. Ese es el reto que tienen hoy las personas a la hora de decidir por quién van a votar. Ya no podemos seguir votando por quienes ven la política como una manera de dar un salto económico social.

Aquí todos nos conocemos y en todos los partidos políticos existen personas que están en política por la oportunidad de darse una gran vida. Pero también hay quienes de verdad quieren hacer las cosas bien.

Tenemos la gran labor de investigar bien quién es ese candidato a diputado, a presidente o a alcalde para apostarle a un cambio verdadero y a no seguir viviendo como en estas últimas dos décadas donde los mismos políticos de siempre, de los tres partidos políticos principales, nos han robado la esperanza.

¿Cómo evalúa su competencia de cara a estas elecciones primarias?

Tengo que confesar algo. Hay un movimiento, al que le llamamos el oficialista, sobre todo porque quien lo lidera es “Tito” Asfura (que viene de una elección general en la que sumó una importante cantidad de votos) y ha sido el orgullo más reciente de los nacionalistas. Entonces, ese movimiento oficialista, por supuesto, es el rival a vencer en la contienda presidencial.

Sin embargo, agradezco que es impresionante cómo la gran mayoría de la gente me dice, “estoy con 'Tito', pero también con Erasmo”, o “estoy con Ana, pero con Erasmo”, y así.

Hemos demostrado que somos esa opción de cambio real. Tenemos en nuestro movimiento la estructura que ha ganado las últimas tres e incluso cuatro elecciones primarias en el Partido Nacional. Eso nos garantiza una victoria, un triunfo el 9 de marzo.

De no resultar favorecido en estos próximos comicios, ¿apoyaría al candidato del Partido Nacional que saldría electo o se inclinaría por otra figura?

Yo creo que uno tiene que ser responsable, y yo estoy algo entendiendo las reglas del juego. Quien salga elegido dentro de mi partido, a esa persona voy a apoyar. Pero sé que vamos a ganar el nueve marzo.

De llegar usted a la alcaldía, ¿sería el censo nacionalista un requisito para emplear a las personas? ¿Habría “barrida” de personal censado por Libre?

En primer lugar, uno gobierna con sus aliados, no con el enemigo. La Alcaldía, actualmente, tiene demasiado empleado, demasiado colaborador. Se duplicó esa cantidad.

Y número dos, yo creo que uno debe gobernar con quien uno hace campaña. No puede ser que uno trabaje con un equipo de campaña, pero después gobierne con otro. La cosa es que uno se rodee de un equipo serio, responsable, que tenga realmente una visión de desarrollo, pero además un compromiso con la honestidad y la transparencia. Al final uno capacita y contrata a personas que de verdad tengan el nivel.

Y definitivamente hay que llegar a hacer un corte de planilla porque si no no va a alcanzar el presupuesto.

Con una propuesta moderna, innovadora e integral, anclada en herramientas tecnológicas, Erasmo Portillo se encamina a liderar el próximo gobierno municipal.

Antes mantuvo una relación cercana con el expresidente Juan Orlando Hernández, preso ahora en una cárcel de Nueva York por delitos asociados al narcotráfico. A este punto, ¿qué opinión le merece él?

Creo que fue un excelente presidente, aunque la reelección fue un error que le ha costado caro al Partido Nacional. Se caracterizó por su lucha contra la inseguridad. También fue un presidente que se caracterizó por el apoyo al productor. Además, mucha inversión en infraestructura, llámense puertos, aeropuertos, carreteras. Entonces, en términos generales, creo que fue un buen presidente. Sin embargo, hubo ministros que abusaron de sus puestos. Recordemos los hospitales móviles. Hoy hay pocas personas y pocos políticos con esa visión.

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