¿Dormir más o dormir mejor? Aprenda a cuidar la calidad de su descanso

Dormir entre siete y nueve horas por noche es esencial, pero también debe cuidar la calidad del descanso.
Exclusivo para Suscriptores
¿Ya tiene su suscripción? Únase a nuestra comunidad de lectores.
SuscríbaseGracias por informarse con
El Heraldo
Alcanzó su límite de artículos
Suscríbase y acceda a artículos, boletines, eventos y muchos más beneficios, sin límite.
SuscríbaseGracias por informarse con
El Heraldo
Artículo exclusivo bajo registro
Inicie sesión o regístrese para acceder al mejor contenido periodístico.
Iniciar SesiónGracias por informarse con
El Heraldo
Tegucigalpa, Honduras.- Si, en promedio, pasamos la tercera parte de nuestra vida durmiendo, procurar que este tiempo esté bien invertido vendría siendo lo lógico. No basta con la intención de dormir las horas suficientes, o al menos un poco más que hasta ahora.
Cuando el descanso no es reparador, los efectos negativos sobre el cuerpo y la mente pueden acumularse rápidamente. Aquí es donde entra en juego un concepto clave: la higiene del sueño.
Se trata de un conjunto de hábitos y condiciones que favorecen un descanso profundo, continuo y de calidad. No enfatiza solo en la cantidad de horas que pasamos en la cama, sino en qué tan bien dormimos durante ese tiempo y de la manera en cómo recibimos la siguiente jornada diaria.
Un sueño saludable mejora la concentración, fortalece el sistema inmunológico, regula el estado de ánimo y optimiza el rendimiento físico y mental.
Por el contrario, una mala higiene del sueño puede provocar insomnio, fatiga crónica, irritabilidad, problemas de memoria y hasta aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Dormirse tarde, despertarse varias veces en la noche o sentir cansancio al levantarse son señales de alerta que no debe normalizar. Si bien el estrés o las obligaciones diarias pueden dificultar el descanso, muchas veces los malos hábitos son los principales culpables.
Tenga presente que una buena higiene del sueño no solo mejora la calidad de vida, sino que también potencia la energía, la capacidad para resolver problemas y el estado de ánimo.
Dormir bien no es un lujo ni una pérdida de tiempo: es una necesidad básica para funcionar bien cada día.
Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días ayuda a forjar una mejor rutina.
Teniendo claro que dormir mejor no es solamente dormir más, aquí algunas prácticas que pueden transformar su descanso:
Establezca una rutina. Procure acostarse y despertarse todos los días a la misma hora, incluso los fines de semana. Esto regula el reloj biológico y mejora la calidad del sueño.
Cree un ambiente propicio. Trate de dormir en un lugar tranquilo, oscuro y fresco. Evite ruidos molestos, luces fuertes y temperaturas extremas.
Limite el uso de pantallas. La exposición a la luz azul de celulares, computadoras o televisores puede inhibir la producción de melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir.
Limite estimulantes. Sobre todo en las últimas horas del día, restrinja el consumo de cafeína, alcohol o comidas pesadas.
Incluya relajantes. Incorpora rutinas relajantes nocturnas: leer un libro, tomar una ducha tibia o practicar técnicas de respiración profunda.
Practique ejercicio regularmente. La actividad física favorece un sueño más profundo, pero es recomendable realizarla al menos tres horas antes de acostarse.
No lo fuerce. Si no concibe conciliar el sueño, levántese, haga algo tranquilo y relajante, y vuelva a la cama solo cuando tenga sueño.
Una mala higiene del sueño puede favorecer la aparición de pesadillas o sueños perturbadores. Aunque estos tienen múltiples causas posibles, los hábitos de sueño inadecuados pueden desencadenarlos.
La higiene del sueño es esencial para prevenir el insomnio y mejorar el descanso nocturno.
Si la fase REM (Movimiento Rápido de los Ojos, que es cuando se producen la mayoría de los sueños vívidos y pesadillas) se ve interrumpida o alterada, los sueños pueden volverse más emocionalmente cargados.
Tenga en cuenta que irse a dormir estresado o ansioso, sin una rutina de relajación previa, es uno de los factores de higiene del sueño que pueden causar pesadillas. Primero libere ese cortisol.