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Banco Mundial: Estancamiento de economía en LA por elevadas tensiones

Expertos señalan que escenario global adverso, con interrupciones en transporte y el fenómeno El Niño, podría perjudicar aún más la región
16.04.2024

SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- En un contexto global marcado por la escalada de tensiones geopolíticas en Oriente Medio, el Banco Mundial (BM) ha advertido sobre un posible estancamiento de la economía de Latinoamérica y el Caribe.

En su reciente informe, “Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?”, especialistas del BM exponen que la región “ha llegado a una coyuntura crítica”, ya que, si bien en las últimas décadas ha logrado avances en la estabilización económica, el crecimiento se ha estancado.

Por este motivo consideran que “se necesitan medidas urgentes para revertir el rumbo”, destacando la importancia de las políticas e instituciones de competencia para crear estrategias con impacto.

De acuerdo con el Banco Mundial, el Producto Interno Bruto (PIB) regional se expandirá un 1.6% en 2024, y se espera un crecimiento de 2.7% y 2.6% para 2025 y 2026.

Los expertos señalan que estas tasas son “las más bajas en comparación con las demás regiones del mundo e insuficientes para impulsar la prosperidad”.

Expertos señalan que se necesita una búsqueda activa de inversores potenciales, si la región pretende subirse a la ola del nearshoring y de la transición verde.

Para Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, “el bajo nivel de crecimiento, de manera sostenida, no es solo una estadística sino una barrera para el desarrollo”.

Explicó que esto se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportunidades de empleo, salarios deprimidos, mayor pobreza y desigualdad.

“Cuando las economías se estancan, el potencial de su gente se ve limitado. Debemos actuar con decisión para romper este ciclo”, dijo.Acerca de los factores que han influido en el estancamiento, enumeró los bajos niveles de inversión y consumo interno, altas tasas de interés, la caída de precios de materias primas y la incertidumbre en las perspectivas de socios como Estados Unidos, China y Europa.

Agregó que “un escenario global adverso, marcado por tensiones geopolíticas, interrupciones en el transporte a través del Canal de Suez y el fenómeno de El Niño, podría perjudicar aún más las perspectivas regionales”.

Por su parte, William Maloney, economista jefe para América Latina, expresó que a medida retrocede el impacto de la pandemia, las tasas de crecimiento de la región vuelven a los niveles de la década de 2010, mostrando que no se han abordado los problemas persistentes que bloquean su potencial. Entre estos problemas figuran los bajos niveles de educación, infraestructura deficiente y altos costos de inversión.

Subrayó que la región necesita una agenda que impulse el crecimiento y aborde seriamente estas brechas. “De lo contrario, quedará estancada y no podrá atraer inversiones ni aprovechar nuevas oportunidades, como la relocalización de industrias o la economía baja en carbono”.

El estudio del BM encontró que en el ámbito empresarial de la región existe un contraste marcado entre unas pocas grandes empresas que dominan los mercados y numerosas empresas pequeñas.

Pese a que muchos países cuentan con agencias y leyes de competencia, su aplicación es débil, creando un ciclo en el que un puñado de grandes empresas dominan e influyen en los mercados, y tienen pocos estímulos para innovar.

Al respecto, proponen fortalecer las agencias de competencia, ya que “las agencias de competencia efectivas tienen un impacto positivo en la productividad, ventas y los salarios”.

También proponen apoyar políticas de innovación, ya que las empresas deben estar preparadas para una mayor competencia, tanto nacional como internacional. Así como potenciar la capacidad dirigencial debido a que mejorar los conocimientos de gestión ayudará a las empresas a responder a los mercados, identificar nuevas oportunidades, desarrollar planes de negocios y estimular a los trabajadores.

Manejo de inflación

De acuerdo con el BM, el buen manejo de la inflación ha sido un punto positivo para Latinoamérica y el Caribe. La inflación regional, excluyendo Argentina y Venezuela, se sitúa en el 3.5%, frente al 5.7% en los países de la OCDE.