SAN PEDRO SULA, HONDURAS-. Ante la necesidad de mejorar la resiliencia financiera de los agricultores familiares en el norte de Centroamérica y reducir su vulnerabilidad a fenómenos climáticos extremos, el Banco Mundial (BM) publicó un estudio de factibilidad, donde propone invertir en seguros de riesgos de desastres para proteger sus medios de vida.
De acuerdo con el organismo multilateral, este estudio busca identificar soluciones de financiamiento y seguros contra riesgos de desastres (DRFI, en inglés) para 1.9 millones de agricultores y fue motivado por la Alianza para Centroamérica, el Programa Mundial de Alimentos y el Banco Mundial.
El escrito señala que en la subregión, integrada por Honduras, Guatemala y El Salvador, hay un aproximado de 2 millones de agricultores familiares, que se encuentran entre la población más vulnerable.
“Estos agricultores suelen cultivar alimentos básicos como frijoles o maíz en 1 o 2 hectáreas de tierra, operando al borde de la subsistencia”, indican los especialistas en el sector financiero y agronegocios del BM, Douglas Randall y Pablo Valdivia.
A esto se suma que los rendimientos de los cultivos son bajos, ya que la mayoría dependen de la lluvia y tienen acceso limitado a la tecnología, semillas y fertilizantes.
A su vez, carecen de acceso a productos financieros básicos como seguros, créditos y mecanismos de ahorro. Sólo 4 de cada 10 adultos que viven en zonas rurales de Honduras tienen cuentas bancarias.
El estudio encontró que los esfuerzos para promover los microseguros entre agricultores familiares aún no han alcanzado una escala suficiente debido a los altos costos operativos y bajos niveles de educación financiera.
En cuanto a las posibles soluciones financieras para proteger a los agricultores familiares, indica que un enfoque prometedor es el que se ha echado a andar en Guatemala. Haciendo referencia al programa de Seguro Paramétrico Catastrófico, implementado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación desde 2021.
En el marco de este programa, el Ministerio adquiere una póliza de seguro única que incluye a un gran número de agricultores familiares como principales beneficiarios.
El seguro es paramétrico, lo que significa que paga cuando ocurre un evento desencadenante, por ejemplo, un volumen específico de lluvia medido por un satélite, en lugar de indemnizar la pérdida real sufrida.
Una vez que se activa la póliza para una área geográfica particular, la aseguradora distribuye directamente los pagos del seguro a los agricultores familiares.
El estudio concluye que el enfoque más viable para un programa central de DRFI para apoyar la resiliencia financiera de los agricultores es un programa de seguro de riesgo de desastres basado en un índice modificado a nivel macro, tomando como referencia el programa implementado en Guatemala.
No obstante, subraya que para echar a andar un programa con este enfoque, en países como Honduras, que no cuenta con uno similar, requiere varios condicionantes previos, como un registro eficaz de agricultores familiares, mecanismos de pago rápidos y confiables, un diseño paramétrico riguroso de productos de seguro y educación financiera.
Cabe recordar que en la actualidad, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) está socializando la Política de Estado del Sector Agroalimentario, que contempla un programa financiero de L8,876 millones, que tiene entre sus objetivos ampliar cobertura de seguros agropecuarios.
Además, el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la SAG informaron que ya comenzaron con el Censo Agropecuario Nacional, pero hasta la fecha no hay hechos concretos que indiquen que Honduras está encaminando esfuerzos para emplear un programa de este tipo.
