Débil combate al narco en altamar en Honduras

SAN PEDRO SULA

Mientras en altamar decomisaban 1,350 kilos de cocaína, las autoridades manejaban información de que otra embarcación se dirigía a tierra para descargar 2,000 kilos de la droga. Al final, los narcotraficantes lograron huir en vehículos con toda la carga en la comunidad de Farallones en el municipio de Limón, Colón.

Esas acciones mantienen en alertas a las instituciones antidrogas, donde saben que la cocaína está ingresando en grandes cantidades por la vía marítima a Honduras.

El tráfico de drogas en altamar está en crecimiento, según agentes especializados, pero las instituciones de combate tienen deficiencia en la logística. Por eso, aunque un avión detectó la otra lancha cargada con 2,000 kilos, no lograron llegar por falta de equipo marítimo.

El mayor decomiso de cocaína en este año fue realizado por la Fuerza Naval y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) el 24 de marzo, al noroeste del cayo Bobbell, en el sector conocido como Arrecife en Islas de la Bahía.

La droga, que era transportada dentro de sacos en una embarcación, fue detectada en altamar por autoridades colombianas, quienes -tras darle seguimiento en coordinación con agentes hondureños- vieron que se dirigía a las costas hondureñas. En este punto fue interceptada con éxito.

El cargamento salió de las costas colombianas en lanchas Go Fast. Aunque es un medio de transporte rápido y sigiloso, la cocaína está casi expuesta a la vista aérea, pues no puede ser llevada en caletas, sino en sacos que pueden observarse desde los helicópteros que patrullan zonas ampliamente perfiladas por el movimiento de estupefacientes.

De esta lancha Go Fast se hizo el traslado de la droga a un bote pesquero que había salido de la insular Roatán con diez hombres a bordo. El objetivo siguiente de los narcotraficantes en altamar era trasladar de este bote pesquero los sacos con cocaína a embarcaciones todavía más pequeñas.

Después, los paquetes pasarían a otros puntos previamente definidos por los encargados del transporte de la droga.

Sin embargo, los planes se vinieron abajo y el bote pesquero fue interceptado por elementos de la Fuerza Naval, que recibieron toda la información de los agentes colombianos.

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En la embarcación fueron capturados diez hondureños, nueve originarios de Islas de la Bahía y uno del occidente de Honduras.

Las investigaciones señalan que este grupo de hombres bajo arresto era parte de organizaciones que operan en la zona insular con conexiones a estructuras del narcotráfico en Belice, que a su vez mantienen vínculos con redes mexicanas. A pesar de las diferentes organizaciones involucradas, la droga siempre se mueve en altamar.

Los investigadores han descubierto que los botes pesqueros son utilizados como fachada, pues su objetivo principal es recibir los cargamentos de drogas y moverlos a otro punto de destino.

Mover un cargamento similar al decomisado el 24 de marzo (con 1,350 kilos), deja una beneficio para los tripulantes de estas embarcaciones de entre 50,000 a 100,000 dólares de ganancias, un monto muy superior a los ingresos por la pesca.

Mientras en Islas de la Bahía los militares y agentes decomisaban miles de kilos en la embarcación pesquera el pasado 24 de marzo, otra embarcación con más de dos toneladas de cocaína llegaba a las costas de Colón, según información recibida por autoridades hondureñas.

Según fuentes militares, esa embarcación logró ser detectada por el avión de las Fuerza Aérea Hondureña, pero los narcotraficantes lograron llegar a un punto de la comunidad de Farallones en Limón, Colón, donde descargaron los fardos con los kilos de cocaína.

Las embarcaciones pesqueras de menor dimensión, donde movieron los paquetes de cocaína, fueron quemadas por los traficantes en la playa y lograron llevarse el producto.

Para no ser detectados, estas organizaciones a veces esconden temporalmente las sustancias ilícitas en regiones de Colón. Luego, las trasladan por tierra y por partes, hasta llegar al occidente para introducirla a Guatemala.

Según expertos involucrados en la lucha antinarcóticos, las incautaciones de cocaína han decaído por la deficiencia en la logística y la falta de voluntad política.

Por ejemplo, en La Mosquitia no hay presencia de helicópteros. Otro de los puntos claves que han planteado en reuniones de alto nivel es que el avión de vigilancia frecuentemente está en mal estado.

También han puesto en aviso que la Fuerza Naval de Honduras no cuenta con una flota de embarcaciones interceptoras, lo que provoca que las transacciones y operaciones en altamar sean más fáciles para los narcotraficante.

Y no solo la falta de logística marítima afecta, sino que vía terrestre las operaciones son difíciles. Para el caso, los agentes se han encontrado que no pueden intervenir todos los teléfonos necesarios, pues solo han estado funcionando en un 40 por ciento en este sistema.

Actualmente las intervenciones telefónicas están en manos de la Policía Nacional.

La falta de funcionamiento, según conoció este medio de comunicación, es por una deuda que tiene el gobierno con una compañía de telefonía, así que no tienen restablecidos los servicios. Con las intervenciones, los agentes antidrogas logran detectar los movimientos de los integrantes de los diferentes grupos criminales que operan en Honduras.

En tanto, las cámaras del 911 funcionan en un 20% o un 40%, lo que ha impedido la identificación y seguimiento de vehículos sospechosos.

Para miembros de instituciones dedicadas al combate de las drogas, el gobierno ha querido enfocarse en erradicar plantaciones de hoja de coca, pero ha descuidado el trafico de drogas por el mar, donde mantiene una actividad fuerte. La vinculación de autoridades militares y policiales con grupos de narcotraficantes también afecta el combate a ese flagelo, pues siempre hay colusión.

En los primeros dos meses de 2024 la Atic decomisó 6 kilos de cocaína en Colón, donde detuvieron a dos hombres y dos mujeres.

La Dirección Policial Nacional Antidrogas (DPNA) hizo el decomisado de 20 kilos de cocaína el 10 de marzo en la aldea 60 de Bonito Oriental, Colón.

La cocaína era transportada en compartimientos ocultos en un vehículo pick up; en la operación fueron detenidos seis hombres.

El 24 de marzo militares y agentes de la Atic decomisaron 1,350 kilos en altamar.

Las estadísticas muestran que el pico de decomisos, en los últimos años, ocurrió en 2021 y 2022, después vino en picada.