Washington. El presidente Barack Obama pidió ayer a los estadounidenses que presionen para vencer la paralización de las iniciativas en el Legislativo que -a su juicio- impide el avance de proyectos beneficiosos, como su plan de infraestructuras y la reforma migratoria.
“Van a ser necesarios ustedes. Esto no va a suceder por sí solo”, afirmó el mandatario demócrata durante un discurso en Washington, en el que acusó a los republicanos de “obstruir” de forma sistemática la aprobación de medidas positivas para la clase media.
El Presidente -que pronunció su discurso cerca de uno de los puentes más transitados de la capital- advirtió que “casi 700,000 puestos de trabajo podrían estar en peligro el próximo año”, y señaló que eso sería equiparable a amenazar con despedir a la población entera de ciudades como Denver, Seattle o Boston.
“Se trata de mucha gente. Sería una mala idea”, afirmó Obama.
Respaldan acción
Los principales grupos proinmigrantes de Estados Unidos aplaudieron la decisión del presidente Obama de adoptar medidas ejecutivas en materia de inmigración sin esperar al Congreso; pero exigieron a la Casa Blanca una acción “inmediata” para ayudar a los indocumentados.
En Chicago, el director de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas, óscar Chacón, declaró ayer que Obama tiene que hacer lo correcto para detener las deportaciones y proteger a las familias vulnerables.
“El uso de la autoridad ejecutiva será el punto de inflexión en la lucha por los derechos de los inmigrantes en este país”, señaló Chacón, quien consideró que la iniciativa sería una oportunidad sin precedentes para restablecer el diálogo nacional y regional sobre política migratoria.
