Hasta L400 mil pagaron por cada arma que entró a Támara en camiones de Banasupro
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus accedió a documentos de Inteligencia de la Policía Nacional que revelan cómo en sacos de arroz cargados en camiones de Banasupro entraron armas a Támara.
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Tegucigalpa, Honduras.- Hasta 400 mil lempiras llegaron a pagar por cada arma que entró en sacos de arroz a la Penitenciaría Nacional de Támara entre 2022 y 2023.
Las municiones ingresaban en camiones de la Suplidora Nacional de Productos Básicos (Banasupro), junto a drogas y dinero de extorsión.
Inteligencia de la Policía Nacional descubrió a los involucrados, los citó en un informe confidencial (con código INFOINTE-AOINP-01-2023), pero todo permanece engavetado.
Entre los señalados están altos mandos de la Policía Nacional. Toda la operación ocurrió cuando las cárceles de Honduras estaban bajo el control de la Policía Nacional, justo cuando Gustavo Sánchez —hoy secretario de Seguridad— fungía como director de la institución.
En ese entonces, además, Ramón Sabillón fungía como secretario de Seguridad, mientras que Otoniel Castillo Lemus estaba al frente del Instituto Nacional Penitenciario (INP).
En la operación ilegal se comprobó la participación de empleados de Banasupro, el Instituto Nacional Penitenciario y Policía Nacional. Incluso, se menciona que altos mandos de los entes de seguridad fueron informados de lo que pasaba.
Todas las personas involucradas de las tres instituciones recibieron millonarios sobornos de la Mara Salvatrucha (MS-13), estructura criminal que domina Támara. Incluso, 11 cabecillas fueron los encargados de planificar todo.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus accedió a los documentos confidenciales en los que se mencionaba el precio de cada arma.
Se realizó además un recorrido interno por las bodegas de Banasupro, donde se comprobó las leves medidas de seguridad implementadas en el almacenamiento y traslado de productos, por eso fueron fácilmente burladas.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus recorrió las bodegas de Banasupro para conocer cuál es el procedimiento de almacenaje y traslado de productos.
Informes señalan a altos mandos de la Policía Nacional estuvieron involucrados en el cobro de sobornos para permitir el ingreso de armas en los sacos de arroz.
Inspectoría e Inteligencia de la Policía Nacional (PN) estimó el precio de cada una de las armas que entraron en sacos de arroz a Támara.
Los artefactos llegaban a la cárcel cada 15 días en un camión de Banasupro, conducido por el padre de un cabecilla de la MS-13. En el reportaje se omiten algunos nombres y detalles por protección.
Al sujeto lo conocían como “Banasupro”, pues era empleado de esa institución. Él no actuó solo, renunció a su cargo en la Suplidora Nacional de Productos Básicos y se desconoce si sus cómplices aún trabajan allí.
Los altos mando de la Policía Nacional ordenaban que los camiones en los que entraban las armas, drogas y dinero no pasaran por escáner. Allí fue cuando aplicaron los sobornos.
Las armas de fuego cortas se compraron a un valor entre “200 y 250 mil lempiras y las armas de fuego larga entre 250 y 400 mil lempiras”, indica el documento.
Los precios están en el informe “crisis penitenciaria y crimen organizado”, realizado cuando aún entraban armas en sacos de arroz provenientes del Banasupro.
En el documento se detalló que el ingreso de cocaína y marihuana les costaba 100 mil lempiras, los celulares 8 mil lempiras y por bebidad alcohólicas 2 mil lempiras.
El informe especifica que al conocerse que estuvieron ingresando armas en los camiones de Banasupro hubo decomisos.
En el cuadro resumen correspondiente del “mes de marzo del 2022 al mes de abril del 2023” se detalló qué contenía todas las incautaciones.
“77 armas de fuego de distinto calibre, 50 chimbas, 6 explosivos, 4,403 municiones de distinto calibre y 114 cargadores de armas de fuego”, detalla el documento.
En el caso de decomisos de drogas en ese periodo, se habla de 8,783 envoltorios de marihuana, 150 carrucos de marihuana, 23 libras de marihuana.
También 2,250 puntas de cocaína, 50 bolsas de cocaína y 3,086 puntas de crack que ingresaron en los diferentes centros penitenciarios.
Una fuente de la Corte Suprema de Justicia, CSJ, (se omite nombre por seguridad) confirmó a EL HERALDO que el pago de los directores de Támara iba en los sacos de arroz.
En las bodegas de Banasupro confirmaron que los empleados señalados en los informes de Inteligencia de la PN estuvieron trabajando como motoristas.
Fumando marihuana se encontró a empleados de Banasupro frente a una de las bodegas en uno de los recorridos que realizó la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
La intención era conocer cómo es que se cargaban armas en sacos de arroz sin que ninguno de los supervisores de Banasupro se enteraran.
Al principio el acceso fue negado, posteriormente se le llamó a Aida Reyes, directora de Banasupro, quien autorizó para poder ingresar.
Un empleado —se omite el nombre por seguridad— acompañó durante el recorrido para mostrar cómo trabajan normalmente en esa institución.
El método es sencillo: decenas de personas al estilo maquila arman los sacos con provisiones que distribuyen a nivel nacional en camiones.
Las personas son observadas por medio de un sistema de cámaras con la finalidad de que no se roben los productos o cometan alguna falta.
Esta cámara forma parte del leve sistema de seguridad de Banasupro, que fue superado con facilidad.
En el área de carga, donde se estacionan los camiones, también se colocaron cámaras, por lo que se supone que todo está controlado.
Ese mecanismo de seguridad se rompió cuando empleado lograron meter armas, drogas y dinero en sacos de arroz y llevarlos a Támara.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus le consultó a la persona designada si conoció alguna vez de cargas de armas en sacos de arroz.
El empleado de Banasupro aseguró que no, pero al mostrarle a algunas de las personas involucradas comenzó a temblar. “Compa, no me enseñe eso, yo los conozco”, aseguró.
El sujeto confirmó que en efecto se trataba de personal que trabajó allí, específicamente como conductores de los camiones de Banasupro.
La persona consultada defendió a la institución, asegurando que “si se hicieron esas cosas, fue fuera de las bodegas, seguramente rompían los marchamos de los camiones”.
Confirmó que siempre existió temor con las cargas de comida que salían rumbo a la cárcel de Támara, “por el tema de las amenazas”.
Al mismo tiempo, agradeció a Dios porque el convenio se canceló a mediados del 2023 (el acuerdo entre Banasupro y el INP fue firmado en 2016) por decisión de las autoridades de Támara.
Visiblemente nervioso, casi al borde del colapso, la persona consultada por este rotativo aseguró que las cámaras captan todos los movimientos adentro de las bodegas.
Especificó que las personas involucradas que alcanzó a ver en el informe habían renunciado como empleados del Banasupro sin motivo alguno.
Explicó que el proceso de contratación del personal es un trámite administrativo que él desconoce, y que allí solo llegan ya listos para trabajar.
Aseguró que nunca vio movimientos extraños en las bodegas, donde se cargan los productos, que sí se realizaron turnos de madrugada, pero nadie reportó ninguna irregularidad.
Sobre los sacos de arroz, harina y demás que iban a Támara dijo que iban sellados, que ahí no los abrían, solo los metían en los camiones.