TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entre el bullicio de las calles, desde aceras, esquinas, vehículos u otros a pie -esquivando las autoridades- al menos 80 mil vendedores ambulantes conmemoraron ayer, sin saberlo, el Día Internacional del Vendedor Ambulante.
Aunque son pilares esenciales para mantener la conexión entre la oferta y la demanda, expertos indican que es difícil medir con exactitud el impacto que tiene el comercio informal como cuentapropistas en toda la capital.
Ismael Zepeda, economista e investigador, explicó a EL HERALDO que con base en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) se observa el incremento de los que viven de su propio negocio desde hace ocho años atrás.
“La cantidad ya superó a la empresa privada formal, en la capital y en todo el país, miles de familias buscan subsistir y sostienen su casa, servicios públicos y otros bienes básicos de esta manera”, mencionó.
Argumentó que si existiera una balanza entre lo “bueno y lo malo”, de basarnos en lo técnico, la informalidad podría ser etiquetada como algo negativo por la inseguridad social, ciudadana, desprotección del Estado y no “pagar impuestos” pese a que muchos vendedores tramitan sus permisos en la Alcaldía Municipal.
Al mirar lo positivo, señaló que cuando las condiciones de pobreza impulsan la migración por falta de oportunidades, convertirse en vendedor ambulante y ofrecer bienes necesarios para la comunidad es casi una solución que les evita abandonar el país.
El economista destacó que aunque se intente invisibilizar la informalidad, esta logra dinamizar la economía y ejemplificó que “una muchacha que vende baleadas, compra tres cajas de aguacates, cartones de huevos, frijoles y eso ayuda a los productores mientras se genera trabajo”.
Respuestas y soluciones
Eliseo Castro, empresario de Comayagüela, señaló que tanta proliferación de ventas ambulantes evidencia dos fenómenos: las dificultades económicas que se mezclan con el alto consumo de la gente.
“Estamos en una sociedad consumista y ahí están las ofertas de los emprendedores que obtienen las respuestas no encontradas en empresas privadas o públicas”, indicó.
Reglas para el orden
Marco Méndez, titular de la Gerencia de Orden Público de la Alcaldía Municipal, explicó que los vendedores ambulantes representan fuentes de ingreso y por eso se les permite un espacio para sus ventas.
Aclaró que mantienen una buena relación de diálogo con las organizaciones, respetan a los que viven de las ventas pero no permitirán que otras personas se aprovechen de la necesidad y vendan puestos o casetas ya que eso está prohibido.
Para evitar la proliferación, destacó que continuará la veda porque el gobierno local seguirá apostando a la construcción de mercados para ventas ordenadas que no tapen aceras, vías públicas o áreas verdes.
