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Emilio Ernesto Fonseca, el campeonísimo que ahora vive entre la cultura y el verso

A pesar de ser abogado con un posgrado en política internacional latinoamericana, Emilio Ernesto Fonseca Batres trazó su vida sobre la cultura, la historia, la música y el verso.

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23.09.2016

Tegucigalpa, Honduras
Emilio Ernesto Fonseca saltó a la fama, a finales de la década de los 80 e inicios de los 90, con el programa cultural televisivo “Campeonísimos”.

Ganó dos premios OTI a nivel nacional. Una de sus composiciones ocupó el cuarto lugar a nivel mundial.

Al terminar “Campeonísimos”, Fonseca entró en la diplomacia y al salir de esta produjo el programa “La otra Honduras”, que se ha transmitido por diferentes medios de comunicación y actualmente se emite por Radio América.

Ha escrito tres libros de poesía: “Soledades”, “Carcelario” y “La canción del caracol”. El célebre Óscar Acosta lo llamó poeta, pero Fonseca no se lo tomó muy en serio. “Ahora usted también lo sabe”.

¿Qué hace ahora Emilio?
He tenido una vida interesante. Estudié derecho como mi padre, luego conseguí una beca y me fui a estudiar a Brasil un posgrado en política internacional latinoamericana. Antes de irme ya había participado en los festivales de música OTI, clasificaba pero no ganaba, cuando regreso de Brasilia vuelvo a clasificar a la final del festival OTI de 86 y me contrata Televicentro, entonces no tuve chance de agarrar práctica como abogado. Solo estuve unos meses en el bufete de mi padre y luego a la televisión en un programa que se llamaba “Que canten los niños”, después de eso empezamos con Arturo Sosa y doña Gladys Zelaya a crear “Campeonísimos”, donde trabajé seis años.

Además de estudiar derecho, Fonseca cursó algunos años de la carrera de periodismo.

Además de estudiar derecho, Fonseca cursó algunos años de la carrera de periodismo.

¿O sea que usted nunca litigó?
No. Cuando estaba en la práctica en el Consultorio Jurídico Gratuito fue la única vez que litigué. Es más, el Mitch me llevó mi título, así que si me lo piden tendría que volver a sacarlo en la universidad.

¿O sea que su vida profesional la construyó sobre la música y la cultura?
Déjeme terminarle un poquito la historia. ¿Qué implicó mi trabajo en “Campeonísimos”? Resulta que yo ya venía con una formación, quiérase o no, hablo varios idiomas. No crea que hablo varios idiomas porque salí de la Americana, no, salí del San Miguel y de la Universidad Nacional Autónoma; después conseguí beca para estudiar en Brasil, no es que me mandaron mis padres. En “Campeonísimos” yo hacía todas las preguntas, con excepción de las de matemáticas. Por mi formación he tenido un buen acervo cultural, en aquel tiempo no había apuntadores electrónicos, nos daban un guión de dos páginas para cuatro horas, que era lo que duraba el programa, había que improvisar.

¿Cuál fue lo más divertido que le pasó en “Campeonísimos”?
En una final centroamericana, no había cable, no había Internet, así que nos tenían que ver a la fuerza, el presidente Simón Azcona nos había confirmado que iba a asistir pero que no le pusiéramos cámaras ni micrófonos. La cosa es que yo había revisado todas las preguntas y sale una que decía “¿en qué fecha escribió Morazán su famoso testamento?”. Los colegios seleccionaban a los mejores alumnos para participar y salen con una respuesta brillante: “Como a los fusilados se les mata al amanecer, debe haber sido a la medianoche del 14 de septiembre de 1842”. Y me quedo helado porque no sabía a qué horas habían fusilado a Morazán y le hago señas a la productora, ella tampoco sabía, el jurado peor; en eso veo que los guardias desde el palco presidencial me hacen señas y escucho que el presidente Azcona grita: “Morazán fue fusilado a las 6:00 de la tarde del 15 de septiembre de 1842, lo que ellos dijeron es incorrecto”. Así que gracias al conocimiento del Presidente, ganó el otro equipo.

Entrevistando al presidente Simón Azcona durante uno de los programas de “Campeonísimos”.

Entrevistando al presidente Simón Azcona durante uno de los programas de “Campeonísimos”.

¿“Campeonísimos” le cambió la vida?
Sí, eso me cambió la vida, sin embargo ahí viene la otra práctica de mi carrera. Hice el examen por oposición en la Cancillería, en tiempos del presidente Carlos Roberto Reina hicimos examen, no fue de dedito, porque este es el hijo de fulano, y gracias a Dios conseguimos que nos enviaran al extranjero. Estuve en El Salvador y en Costa Rica, después ahí por el 2000 regresamos a Honduras.

¿Cuáles eran las pretensiones que traía?
Ya se me había metido el gusanito de otro programa, el que tengo desde hace 16 años, actualmente en Radio América que se llama “La otra Honduras”, son historias del país que no le cuentan a uno en el colegio, “y ahora usted también lo sabe”. Este programa ha salido en varios canales de televisión, lastimosamente como usted también lo sabe, esto de trabajar con cultura es complicado, no hay apoyo gubernamental; bueno, no hay ni Ministerio de Cultura.

Ha escrito tres libros de poesía romántica: “Soledades”, “Carcelario” y “La canción del caracol”.

Ha escrito tres libros de poesía romántica: “Soledades”, “Carcelario” y “La canción del caracol”.

¿De dónde saca tantas cosas desconocidas?
Mire, es que aquí ya casi nadie lee. Le voy a dar un ejemplo, (Cristobal) Colón no dijo “Gracias a Dios que salimos de estas honduras”, pero así se lo enseñan a uno en la escuela y colegio. ¿Quién lo dijo? Tengo el diario de Colón y lo pueden bajar de Internet. Colón ni siquiera se bajó de la carabela en Honduras. En su diario lo dice con su puño y letra. ¿Quién se bajó? Él era el almirante, quien se bajo fue el adelantado que era su hermano Bartolomé Colón.

Mire, aquí se desconocen muchas cosas porque la cultura no vende, esa no es importante. Usted pregunta a alguien si sabe el nombres de 11 jugadores de la Selección Nacional y se los recitan; luego pregúnteles once nombres de los hombres más brillante que ha tenido Honduras.

¿Los medios le llevan a una visión diferente?
Me abrieron las puertas. Tengo una personalidad que se dio a conocer gracias a los medios de comunicación en aquel momento, pero además he publicado libros, he ganado dos veces el festival OTI, premios nacionales.

¿Cuándo fue su primer premio OTI?
Me costó diez años ganar eso, diez años de participar y quedar en la final sin ganar. Ganar no era tampoco así nomás, eran entre 200 y 300 personas que participaban de todo el país, luego se hacía una semifinal y luego el festival nacional, que era transmitido desde el Teatro Nacional.

¿Con qué canciones ganó?
La primera fue con la canción “Que fácil es”, la cantó Patricia Ramírez en 1990. La segunda con Lesbia Karina Nasser y Víctor Donaire, el famoso Víctor de “El soldado ausente”, él hizo la música y ganamos con la composición “El otro muro”. En 1990 fuimos a Las Vegas, Nevada, y en el segundo a Valencia, España. En esta segunda oportunidad quedamos en cuarto lugar a nivel mundial.

¿Qué ha pensado hacer con su carrera de abogado?
Creo que no hay peor momento en la historia de Honduras para esta profesión. Por un lado, si fuera penalista usted ve la lista de muertos que hay todos los días; por el otro lado en sentido genérico de la profesión, hay dos tipos de leyes, de acuerdo al cliente así es la pedrada, a unos se les da medidas sustitutivas y a otros no por los mismos delitos.

Emilio Fonseca con algunos amigos, entre ellos Ricardo Cardona, ahora funcionario.

Emilio Fonseca con algunos amigos, entre ellos Ricardo Cardona, ahora funcionario.

¿Y la poesía?
He escrito tres libros de poesía: “Soledades”, “Carcelario” y “La canción del caracol”.

¿Esos títulos evocan tristeza?
Es que son libros de poesía romántica.

¿Es usted una persona triste, melancólica?
Al contrario, es que cuando uno escribe poesía romántica la tristeza se va en los libros y uno se queda tranquilo, todos los demás se la llevan.

En la vida, ¿cuál ha sido su mayor espera?
¡Híjole! ¿Mi mayor espera? Yo ya no espero nada de la vida. Bueno, la vida está llena de recuerdos, si uno no tiene buenos recuerdos no ha vivido. uno no recuerda las tristezas, uno recuerda cuando se graduó, cuando tuve los hijos o cuando me dijo que sí la mujer que amaba. Hasta el momento mi mayor éxito, logro, es mi hijo.

¿Cómo se define?
Práctico, bromista. Tengo una virtud de ver las cosas con humor. No soy el trabajador más dedicado del planeta, pero sí cuando me he propuesto algo lo he hecho.

Si pudiera cambiar algo de usted, ¿qué cambiaría?
Bueno, tengo un sentido del humor que me ha dado problemas, pero no cambiaría mi sentido del humor, es lo que ha protegido de la tristeza. No me arrepiento de nada porque uno no puede cambiar el pasado. Arrepentirse es sufrir dos veces. No cambiaría nada, todo me ha servido de experiencia. Lo bueno y lo malo.

¿Con qué intelectual hondureño le hubiera gustado departir?
Producto de mis relaciones sanguíneas, he tenido la suerte de conocer a muchos intelectuales como Dante Ramírez, que era un intelectual de primera línea, a don Óscar Acosta. Yo tenía el honor de que él se refiriera a mí como poeta. Ya que un poeta como él le dijera a uno poeta son palabras mayores, pero yo no me las tomo realmente en serio porque eso sería mucha presunción. Históricamente me hubiera gustado conocer a Rafael Heliodoro Valle, un intelectual completo, un hombre que escribía prosa, historia, política, tanto así que en México lo consideran mexicano, tiene su propio pabellón en la Universidad Nacional de México, hay una carrera que estudia su obra y aquí nadie sabe de quien se está hablando.

¿A alguien más?
También me hubiera gustado tratar, aunque lo noto más distante de Heliodoro Valle, a Froylán Turcios. Quien tuvo una vida de novela, fue amigo de (Agusto César) Sandino, lo escondía aquí. Cuando los marines norteamericanos pusieron una fragata en el Golfo de Fonseca, él se fue a protestar al Parque Central y con la Bandera Nacional se colocó frente a la estatua de Francisco Morazán, son cosas que no le cuentan a uno en la escuela.

¿Una anécdota de su vida?
En Costa Rica conocí a Pelé, me lo encontré y yo queriendo encontrar una servilleta para que me la firme, pero el sacó un tarjetita en blanco y me dijo: ¿a nombre de quién quieres el autógrafo? También en algún momento (Ricardo) Arjona fue mi concuño --digo yo-- porque andaba con la hermana de mi novia. Por otro lado, conozco al principal compositor de Los Prisioneros de Chile, aquel de “Estrechez de corazón”. Con Jorge González hemos hecho canciones juntos. He conocido a gente muy importante, pero también me aprecio de tener los mismos amigos del colegio.

¿Quiénes son sus mejores amigos?
Son dos o tres, Ricardo Pineda, Hugo Corrales y pare de contar.

“Ahora usted también lo sabe”.