Honduras

Un año de terror han vivido los vecinos de la colonia Hato de Enmedio

En lo que va de este año 11 jóvenes de esa conocida colonia capitalina han sido asesinados a manos de criminales

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27.05.2016

Tegucigalpa, Honduras
Al parecer la colonia capitalina Hato de Enmedio le hace honor a la jocosa palabra que muchas personas utilizan como referencia -'hato del miedo'- luego de las múltiples muertes, secuestros y peleas de territorio que se han registran en ese sector en lo que va del año.

La zozobra de los pobladores del Hato se ha apoderado por completo de esa zona y las muertes violentas en la mencionada colonia llegaron para quedarse. La violencia registrada se ha robado en varias ocasiones las portadas de los medios de comunicación y esto al parecer es el diario vivir que nunca acabará.

A pesar que el Estado prometió constante seguridad, los delincuentes siguen cometiendo crímenes en el lugar y se estacionan para matar a bordo de vehículos, como si ese territorio fuera de su propiedad.

La sinfonía del terror empezó en el segundo mes del año, lo que dejaría un fantasma de violencia que se resiste a abandonar la populosa comunidad.

Eran las 8:30 PM del pasado 11 de febrero del 2016 cuando una tranquila noche en la zona fue interrumpida por una balacera registrada en el sector 3 de la citada colonia. Esa acción dejó cinco personas muertas, entre ellas cuatro menores de edad.

Del 11 de febrero al 27 de mayo

Unos 11 jóvenes han sido asesinados

En el lugar del atentado, que encendió las alarmas en todo el país, perdió la vida Dulce María Valladares, de 13 años; Ana Valladares, de 14 años; y Sara Gisselle López Valladares, de 16 años, quienes cometieron el único error de estar en la zona recogiendo botellas de plástico para venderlas y poder sobrevivir el día a día.

El mismo destino enfrentaron dos varones identificados como “Adelito” y Luis Carlos Menocal González, de 15 años, quien quedó subido en la paila de un vehículo pick- up, en un intento por salvarle la vida.

En su momento, vecinos de la populosa colonia reaccionaron con asombro por el crimen cometido, ya que aseguraron que ninguna de las víctimas se metía en problemas con nadie y que, más bien, siempre trataban de ayudar con mandados y con labores de limpieza y recolección de basura.

Inmediatamente, miembros de la Policía Militar y de Orden Público (PMOP) se apoderaron del sitio con el fin de brindar protección a los pobladores, quienes aún no podían creer lo que había pasado en su “tranquila” comunidad.

La muerte seguía ahí
No obstante, la muerte aún rondaba y lo que parecía que ya había terminado, era solo una ilusión, luego que solo cuatro días después de la primera masacre, el 15 de febrero 2016, la tranquilidad de las personas del Hato fue interrumpida nuevamente con el anuncio de un nuevo episodio de terror.

60

Muertes por cada 100 mil habitantes
se registran en Honduras

Esta vez, tres jóvenes fueron acribillados en el bloque 32 del sector 3, atrás de la Escuela Círculo Infantil y la iglesia Ebenezer.

Los cuerpos de los infortunados quedaron separados uno del otro, pues trataron de huir a su destino; sin embargo, las balas de la muerte los alcanzaron y su luz se apagó en el lugar.

Los ahora occisos fueron identificados como Francisco Ruiz, alias 'Koala'; Eduardo Méndez, de 30 años, alias 'Turra'; y Noé, de 16 y conocido como 'Manson'.

Dos de ellos eran apasionados del hip hop y break dance, quienes tenían sueños, ilusiones, esperanzas y una vida por delante, pero a sus hechores no les importó eso y atentaron contra su humanidad apagándo sus sueños.

Otra vez prometen seguridad
Por segunda vez en esa semana, la Secretaría de Seguridad prometía protección a los pobladores, las entradas y salidas del Hato eran custodiadas, los sectores fueron blindados y las patrullas con sus sirenas encendidas avisaban su presencia.

La pregunta era: ¿Todo habrá terminado ya? Eso se esperaba, pero los malhechores durmieron el sueño y dejaron de cometer crímenes en la zona, lo que provocó la confianza de la Policía Nacional, quien redujo de forma significativa la vigilancia en el área.

De acuerdo a pobladores del Hato de Enmedio, la seguridad en el sector se redujo en un 20 por ciento y ahora solo una patrulla se mantiene de forma permanente en la entrada de la mencionada colonia.

Mientras tanto, los militares brillan por su ausencia y solo realizan un recorrido de rutina por el sector, sin embargo, con la misma agilidad abandonan el punto.

La muerte hace otra visita
El 5 de mayo del presente año, los elementos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) recibían un nuevo pero acostumbrado llamado. Los cadáveres de dos menores de edad fueron encontrados dentro de un saco en las inmediaciones del anillo periférico de la capital de Honduras.

Las víctimas fueron identificadas como Douglas Eduardo Medina Gonzales, de 14 años de edad, y su amigo Antony Banegas Fúnez, de 16.

De acuerdo con testimonios, las víctimas salieron de la colonia Hato de Enmedio y horas más tarde, desde el teléfono de uno de ellos, se envió un mensaje a las familias con la amenaza que los 'iban a matar'.

Minutos después, la familia recibió una foto de ellos aún con vida y, solo transcurrido unos momentos, las familias de los muchachos recibieron una escalofriante imagen ya mostrando los cadáveres dentro de sacos.

Otra visita de lo impensable

Este viernes, 25 días después de que se encontraron los jóvenes antes mencionados, la muerte hizo una nueva visita en el Hato y esta vez se llevó la vida de Luis Fernando Medina, hermano de Douglas Eduardo Medina, menor encontrado muerto en un saco hace tres semanas en el anillo periférico junto a su amigo Antony Banegas Fúnez.

Parece que las noticias en la zona son de nunca acabar. A partir de febrero de este año, criminales han asesinado a 11 muchachos en la zona y los vecinos aún no saben si esa “película” de terror va a acabar.

Triste realidad
Honduras sigue experimentando niveles de violencia 'alarmantemente altos' a pesar de que han disminuido con respecto a años anteriores, advirtió este viernes el relator de Naciones Unidas para ejecuciones extrajudiciales sumarias y arbitrarias, Cristof Heyns.

Los niveles de violencia 'siguen siendo alarmantemente altos pero han comenzado a moverse en la dirección correcta' hacia la disminunción, resaltó el funcionario en rueda de prensa, al terminar una visita de cinco días al país centroamericano.

Heyns llegó el lunes a Tegucigalpa para reunirse con autoridades del gobierno y representantes de organismos de derechos humanos.

En su exposición, el relator indicó que el problema de la violencia en Honduras tiene dos dimensiones: 'el (elevado) número de personas que mueren y el bajo número de personas que rinden cuentas' por sus crímenes.

'La impunidad es el sello y, en gran medida, la violencia' es generada por 'patrones regionales de tráfico de drogas', deploró el relator.

Recordó que en 2013 la tasa de homicidios se situaba en 79 por cada 100.000 habitantes y que a inicios del 2016 bajó a 60, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.

Destacó que esa disminución obedeció al fortalecimiento de los aparatos de seguridad y las capturas de jefes de pandillas o maras, así como a la extradición de cabecillas del narcotráfico, por lo que consideró que 'los avances logrados muestran que (el problema) no es insuperable'.