Paros en hospitales psiquiátricos

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Desde hace ya casi dos semanas, los trabajadores del Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza de Tegucigalpa han suspendido sus labores exigiendo el pago de cuatro meses de salario y el nombramiento en propiedad de su personal sanitario. A las acciones de protesta se unieron también empleados del Hospital Nacional Psiquiátrico Santa Rosita, lo que ha significado que los dos únicos centros especializados en la atención de la salud mental de los ciudadanos les han cerrado las puertas.

Los periodistas de EL HERALDO han constatado en el sitio que la paralización de labores está afectando de manera directa a por lo menos 250 pacientes que por día llegan al Hospital Mario Mendoza para las citas programadas con los médicos especialistas y el retiro de sus medicamentos, los que -de paso hay que decirlo- no son de libre venta y tienen un muy alto costo en el mercado local.

Las consecuencias de estas paralizaciones son sumamente graves para cada uno de los pacientes que se acerca a estos hospitales a buscar sus servicios, ya que en su mayoría son personas de muy bajos recursos económicos, que tienen que invertir mucho tiempo y el poco dinero que tienen en viajar hasta Tegucigalpa en busca de las medicinas que controlan sus enfermedades.

Las historias de estas personas son desgarradoras, pero las mismas parecen no doblegar el corazón de quienes tienen en sus manos agilizar los procesos administrativos para cumplir con las obligaciones laborales del Estado para con sus empleados, principalmente en áreas tan sensibles como estas.

La salud de los más pobres no puede seguir exponiéndose de esta manera tan inhumana, por lo que es urgente que los administradores del sistema sanitario den pasos firmes para que se normalice la atención en los hospitales psiquiátricos, no hay razón válida para que no puedan hacerlo. Por la salud de los más necesitados, tienen que actuar con celeridad.

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Editorial El Heraldo