Ante la alta incidencia de homicidios en Honduras, principalmente en las ciudades de San Pedro Sula y Tegucigalpa, el Ministerio Público no ha tenido más opción que modernizarse en pro de la ciudadanía.
Es así que el sistema de identificación conocido como unidad de dactiloscopía, que funciona desde 1994 en el país, ha sido mejorado.
Este sistema es empleado para identificar y cotejar la identidad de las personas que ingresan a Medicina Forense sin ningún documento que permita establecer su identidad.
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¿En qué consiste?
La toma de huellas dactilares a los fallecidos que son ingresados a las distintas morgues en el país son conocidas en el mundo de las ciencias forenses como necrodactilares.
Es mediante esta captación dactilar que es posible conocer el nombre completo y otros particulares de los hondureños que fallecen y a quienes no se les encuentra un tan solo documento personal.
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Base de datos
Las marcas ya listas son llevadas a cotejar con la base de datos del Registro Nacional de las Personas (RNP), donde están legalmente inscritos todos los hondureños.
El proceso continúa y con la ayuda de un escáner se ingresan al sistema del RNP, donde también constan las huellas que fueron adquiridas cuando solicitaron su tarjeta de identidad.
Es por esta razón que mediante este método dactiloscópico no pueden identificarse menores de edad o personas que no traen sus extremidades superiores.
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Y en el caso de los extranjeros que mueren en Honduras, “trabajamos muy de cerca con el Instituto Nacional de Migración (INM) porque cuando ingresan se tiene un registro vía electrónica de sus huellas dactilares”, explica la jefe de Patología Forense, doctora Etelinda López.
De igual manera no pueden identificarse cuando el cadáver no trae su dermis (capa intermedia de la piel).
Para todos estos casos existen otras opciones, entre ellos la odontología forense (odontograma), que consiste en un análisis dental, y como último recurso se encuentra la prueba de ADN obtenida mediante la sangre u otros fluidos corporales.
