Sucesos

Al menos 43 trasladados a la cárcel El Pozo eran cabecillas de la Mara 18 y la MS-13

Los temidos prisioneros continuaban ordenando extorsiones y matanzas desde el interior de la cárcel de San Pedro Sula

FOTOGALERÍA
16.03.2017

Tegucigalpa, Honduras
 Los prisioneros trasladados desde el centro penal de San Pedro Sula hacia la cárcel de El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, eran, en su mayoría, miembros de la pandilla 18 y de la Mara Salvatrucha o MS-13.

Así lo establece un informe detallado enviado por el gobierno de Honduras, en el que se revela que se envió a asesinos, extorsionadores, quemabuses y secuestradores, entre otros.

Entre los trasladados se informó que al menos 43 eran cabecillas de la pandilla 18 y de la MS-13.

Según confirmaron las autoridades, los reclusos continuaban cometiendo delitos y ordenando matanzas y extorsiones, entre otros crímenes, desde el interior del penal.

Además algunos de los acusados, como Marvin Edgardo Núñez Díaz, alias 'Killer', de la MS-13, es acusado de asesinar incluso a agentes de la Policía, de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) y militares.

Los informes presentados indican que con el traslado masivo de reos se mejorará la seguridad en el interior de la penitenciaría sampedrana. Además ayudará a que se reduzca el hacinamiento en esa prisión.

El gobierno confirmó que por el perfil de alta peligrosidad de estos reclusos se les mantendrá en aislamiento y solo podrán ver la luz del sol durante una hora al día.

Además en la cárcel de máxima seguridad no tendrán acceso a teléfonos ni a otras comodidades como los tenían en San Pedro Sula.

Desliza en el siguiente recuadro y mira el perfil de los 40 más peligrosos (foto, nombre, alias y mara):

Si no cargan las imágenes, mira la fotogalería de los reos en este enlace

Histórica operación
En una operación sin precedentes, 755 miembros de las estructuras criminales de la pandilla 18 y la MS-13 fueron trasladados del centro penal de San Pedro Sula a la cárcel de máxima seguridad conocida como El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, occidente de Honduras.

Fue un contingente de más de 4,000 mil militares y policías el que sacó de sus cómodas celdas a los pandilleros y mareros sin que se reportaran incidentes.

En la operación se utilizaron más de 200 vehículos, aviones y helicópteros artillados.

Desde las 3:00 de la madrugada, los equipos se reunieron en las instalaciones de la Fuerza de Seguridad Nacional (Fusina) para luego hacer el despliegue en los alrededores del centro penal y en todo el trayecto de la carretera CA-5 por donde pasó el convoy militar rumbo a Santa Bárbara.

El perímetro del penal fue rodeado por equipos militares. Tras tomar sus puestos, los uniformados, armados con fusiles, bombas lacrimógenas y equipos antimotines, ingresaron al penal y rompieron los portones de las celdas exclusivas para los dos grupos antisociales.

A las 7:00 am los miembros de la pandilla 18 fueron sacados de su acondicionada 'guarida' y fueron llevados a la cancha, donde fueron esposados y subidos a los camiones militares que estaban frente al portón principal del recinto.

Desde los techos del presidio, así como de los torreones, eran vigilados por los uniformados armados, además de que durante toda la ejecución de la operación un helicóptero sobrevolaba toda el área del penal.

De forma simultánea la misma operación se ejecutaba en el área de la MS-13, pero estos individuos fueron sacados por el lado sureste, donde los agentes abrieron un boquete en la pared del muro.

Por el agujero fueron saliendo al menos 200 miembros de la MS-13 enchachados, los que fueron subidos a los camiones fuertemente custodiados.

Separar la salida de los miembros de las dos estructuras delictivas fue una decisión que se tomó para que no se produjera un enfrentamiento.

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Dentro de la cárcel la seguridad era extrema, mientras los privados de libertad eran sacados para ser trasladados al penal de Ilama.

No hubo oposición de los reos, según fuentes oficiales, debido a la planificación y a que no se filtró información previo a las acciones encaminadas al combate de los crímenes y extorsiones que los pandilleros planeaban desde el penal.

Los mareros que fueron llevados a la cárcel de máxima seguridad eran los que ordenaban extorsiones, secuestros y asesinatos desde el penal sampedrano, según informaciones de los cuerpos de Inteligencia del Estado.

Fotogalería de los peligrosos reos trasladados a El Pozo

Traslado
Cerca de las 8:00 am, mientras los contingentes trabajaban en el interior de la cárcel, familiares de los privados de libertad comenzaron a llegar con bolsas de comida a los alrededores, pues indicaron que los miércoles era día de visita.

A las 9:40 am los 50 camiones cargados con los reos se formaron en fila para el convoy encabezado por motocicletas con militares, policías de tránsito y patrullas.

El primer convoy salió a las 10:00 am por el bulevar del sur de San Pedro Sula y tomó la carretera a Tegucigalpa para llegar al desvío de Pito Solo y arribar a Ilama, Santa Bárbara.

El segundo desfile de camiones custodiados por carros militares que iban armados con ametralladoras salió minutos después por la misma ruta.

Al salir de Villanueva, uno de los camiones se detuvo, pues un privado de libertad supuestamente convulsionó, por lo que fue pasado a una ambulancia que era parte del convoy en la que le brindaron la atención médica.

Durante el recorrido, las carreteras estaban resguardadas por miembros de los diferente batallones de Honduras que fueron movilizados para la operación Arpía.

Atrás, los reos de la pandilla 18 dejaron el módulo en el que tenían áreas exclusivas para sus visitas conyugales decoradas con luces de colores, así como climatizadas y con televisores plasma y equipos de sonido modernos.

Para su abastecimiento tenían un minisúper surtido con diferentes productos y mercaderías para la venta.

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Llegada a El Pozo
Una vez que ingresaron los pesados automóviles a la cárcel cada grupo de privados de libertad fue entregado a las autoridades del Instituto Penitenciario, donde se siguieron todos los procedimientos de registro y control para su ingreso.

Como parte de las normas a cumplir, cada reo recibió su overol como uniforme, el cual es de uso obligatorio en virtud de que no tendrán más acceso a sus prendas personales.

Los uniformes son anaranjado para máxima seguridad, azul para mediana seguridad y verde para mínima, según informó Casa Presidencial.