Siempre

“Cartas a Penélope”: Otra mirada sobre el mito

El poeta hondureño Armando Maldonado en este poemario no deja a Penélope esperando, sino que a su amado
07.03.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El poeta Armando Maldonado en “Cartas a Penélope” da otro punto de vista del mito griego, no es Penélope la que espera la llegada de su amado, tejiendo y destejiendo, sino que es el héroe el que “espera” en medio de la acción.

En referencia a la tradición literaria griega, el texto está escrito en un solo canto en el que el poeta expresa sus sentimientos sobre su amada.

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Probablemente es uno solo porque hay viaje de ida, pero no lo hay de regreso, por lo menos presumiblemente. También hay voces corales, y evidentemente hay referencias a la mitología helénica, por ejemplo, cíclopes, entre ellos Polifemo, sirenas y lotófagos.

Elementos como el mar, la costa y la playa funcionan como un simbólico mensajero, que hace llegar no solamente los mensajes, sino los deseos: “Cuántas veces tu cuerpo desnudo / ha visitado esta playa desierta / donde mis ojos son engullidos por la oscuridad” (pág. 33), o bien: “A tu costa llegarán mis cartas / con las cenizas de esta noche” (pág. 37).

El mar es lo que une a los enamorados, pero también lo que los separa. De este foco que se pone en el mar, no sin un fresco erotismo, hay un pensamiento sobre el cuerpo, referenciado en la geografía: “Hay un precipicio en tus manos / en el que cae mi rostro en el olvido /hoja por hoja del otoño” (pág. 42).

Otro ejemplo de esta idea: “Un árbol crece en mi memoria, / sus hojas tibias y saladas / como pequeños mares” (pág. 45). Se podría pensar en que además de que el héroe vive en un campo de batalla, un campo de batalla vive en él.

Los coros, conformados por sirenas, cíclopes, lotófagos y aguas, funcionan como una constante tentación al héroe, lo seducen para que abandone la idea de volver a su amada o por lo menos lo acechan: “Olvida su lecho marinero. / Olvida sus piernas. / Olvida su cabellera / que de otra mano será” (pág. 47).

Se lo despoja de las preocupaciones del campo de batalla y de las fortalezas del héroe y se muestran las congojas e inquietudes del hombre mortal.

En este poemario se dota a la masculinidad de unas cualidades de las que usualmente está desprovista según los estereotipos, aquí el amor no solamente está lleno de erotismo, sino de nostalgia y dulzura.

Y es necesario destacar que no es excluyente con la espera de Penélope, ni le resta ninguna de las cualidades que la tradición mítica le ha otorgado.

De nuevo Maldonado, así como lo había hecho en “La bitácora del Mayor Tom” propone un poemario que tiene una referencia concreta y desarrolla una suerte de narración a partir de la poesía. Sugerida, solamente, como se asume que debe ser desde el género lírico. Esta es probablemente, una de las elecciones que van configurando su voz en el imaginario poético de Honduras.