Crímenes

La ruina de los mafiosos

Se volvieron insaciables en injustas comilonas con capos de la droga. No son políticos, empresarios ni banqueros. Son blanqueros, pinches bandoleros con traje

10.12.2016

Quién iba a creer que en un abrir y cerrar de ojos caerían de forma ruidosa personajes creídos de inmortales en sus sucias intrigas en gran parte de la “justicia”.

Su opulencia les hizo olvidar que el castigo divino los haría añicos con todo y sus almacenes malhabidos por sus amoríos con el bajo mundo. Un grupo ya está en el norte, otro sigue en “sala de espera” y unos agonizan desolados en sus palacios del crimen.

En tan poco tiempo hemos olvidado la forma en que se los cargaron o se rindieron ante el implacable acoso “gringo”. Aquí se sentían perpetuos, inmunes y sagrados en medio de sus múltiples picardías. Se volvieron insaciables en injustas comilonas con capos de la droga. Sin duda no son políticos, empresarios ni banqueros. Son blanqueros, pinches bandoleros con traje.

Lavaderos

Estos personajes tomaron a juego las acciones de Estados Unidos en su lucha contra los delitos transnacionales. Una buena manada de léperos permanece todavía en tierra hondureña llevando y pasando alcaloides, lavando dinero, mientras algunos andan huyendo moviéndose por Centroamérica al estilo del recién capturado Wilter Blanco. ¿Están temblando?

La DEA detectó a varios de ellos en Costa Rica y Panamá. Dejaron o vendieron sus negocios y estancias para alojarse en estas patrias. Sus castillos del crimen parecen cementerios.

Un “empresario” que tuvo mucho dominio en la maldita justicia catracha está muerto en vida. En bonanza, daba cátedra en finanzas pero a escondidas se rodeaba con narcos. ¡Eres tú amigo!

A uno de sus parientes (ahora con grillete) los del norte le seguían los pasos hacía once años. Era el “cerebro” de los fuertes envíos de cocaína.

Pero su poderío se derrumbó al rendirse ante los “gringos” uno de los carteles de la droga que operó en el atlántico por más dos décadas. Por las malas captaron miles de hectáreas de tierra para trasegar droga.

Chorizo

Su caída se llevó de tropezón a otro grande de la política nacional. Un chorizo de maldades en toda una tarima de orgías de la “alta sociedad” sumergida en sucias ambiciones.

Con o por monedas quitaron estorbos. Los mandaron al panteón. Así “arreglaban” a cualquiera. El padrino mayor hizo lo que quiso en la Corte Suprema de Justicia, claro, con la venia del rector.

Pregunten qué le pasó en alta mar a un alto funcionario judicial cuando el ahora finado se les dio vuelta en lo parejo.

Empresario extraditable
Pronto será extraditado otro grupo de poderosos “empresarios”, políticos y policías vinculado al crimen organizado. Hay uno que podrá escoger la avioneta que quiera para volar a Nueva York, donde le esperan con grillete.

De vuelo a vuelo se lo echaron. Ni añicos hallaron de la aeronave. Minutos antes de su fatal “accidente” había platicado con un malinche. Luego solo se oyó el estruendo de una bazuca. Su escritorio fue saqueado y todo mundo calló. No hubo flores porque no tuvo tumba.

Destronado

Tal vez desde antes de estos tiempos el “rey” manejó la “ley” hasta su desplome. No existe otra respuesta que la “justicia divina” le vino del imperio así como su látigo sigue agitando la podredura de políticos, empresarios y tal vez cae sobre ciertos periodistas que les hechiza los picos en teatrales citas al son de “La puerta negra”. ¿Te acuerdas?

Repletos de billetes y caer avergonzados hasta por una pelota cargada de goles corruptos es realmente una codicia desmedida. “El ambicioso por su propia ambición caerá”, rezan las Santas Escrituras. “Hay caminos que al hombre le parecen de salvación y son de perdición”.

El libre albedrío del Creador no es para tontos. Solo se van los sutiles ciegos de poder.

Perversos

Un amigo no aseguró haber visitado el palacio de uno de los otrora poderosos hombres en Honduras. Está totalmente derrotado, solitario, muriéndose lentamente en su mansión. Igual a una conocida dama que vive el azote en medio de su lujosa morada.

Sus amigos (as) de momento se esfumaron de las extensas callejas que dan a su infinito jardín. ¡Dios es justo! Si los jueces terrenales fallan, la justicia celestial tarda pero no se olvida de los malignos soñados de dignos siendo bandidos.

Es mejor respirar pobre, comiendo ricos frijoles con decencia en una choza que vivir ricacho de forma inmoral para morir en ruina dentro de lujosos palacetes que no son más que el infierno de sus atrocidades.

Tal vez los acoge Lucifer.