Honduras

Salvador Nasralla tiene más posibilidades de encabezar la alianza opositora

Libre controlaría gran parte del Gabinete de Gobierno y el Congreso Nacional, si junto al Pac tiene la mayoría

17.01.2017

Tegucigalpa, Honduras
Salvador Nasralla
aparece como el hombre que conducirá la fórmula presidencial en la alianza político electoral que el domingo tuvo su foco de atención con la aparición pública del presentador de televisión en la asamblea del partido Libertad y Refundación (Libre).

A juzgar por los analistas, Nasralla tiene el camino expedito de conducir este arreglo político por varias razones: la primera, que atraerá el voto de la juventud, especialmente esa masa que lo sigue por las redes sociales.

En segundo lugar, el Partido Anticorrupción (Pac), que encabeza el político, tiene limitadas estructuras municipales y departamentales y, en ese sentido, tiene muy poco que ofrecer a la alianza, más que su carismática figura que, indudablemente, atraerá votos.

Al ceder la candidatura presidencial, el partido Libre controlaría la mayor parte del gabinete de gobierno incluyendo el Congreso Nacional, poder del Estado que -de ser controlado por la alianza- se impulsarían desde ahí las reformas políticas que ha pregonado el partido de Manuel Zelaya Rosales.

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Zelaya Rosales sabe que es preferible jugárselas con Nasralla porque con él hay más garantía de triunfo que con Xiomara Castro, su esposa.

En primer lugar, porque ella ya perdió una elección y, en segundo, porque le quitaría argumentos a la derecha que tiene estigmatizada a los Zelaya como una familia de izquierda. Además, el fin principal de la alianza, en una primera etapa, es sacar al Partido Nacional del poder.

El hecho de que Zelaya haya dejado por último a Nasralla, el domingo, para que formulara su discurso lleva un mensaje, según Arístides Mejía.

El estratega político Mario Rivera Callejas considera que Zelaya sabe que “por la personalidad de Nasralla no aceptará ser el segundo de Xiomara y dice: yo cedo la cabeza, que vaya Nasralla y si ganamos yo voy al Congreso, llamo a la Constituyente en seis meses y me quedo con el poder”.

Pero Mejía no cree en esta última tesis porque “no se puede negociar lo que no se tiene”. Si no hay acuerdos, puede surgir un tercero.

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