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Darío Villanueva: 'Nunca vamos a hacer un diccionario políticamente correcto”

El director de la Real Academia Española está en Honduras por invitación de las autoridades de la Academia Hondureña de la Lengua. La UNAH y la UPNFM le otorgarán la distinción Doctor Honoris Causa

11.06.2018

Tegucigalpa, Honduras
Tras un vuelo de España a Honduras de muchas escalas y horas, y una visita rápida a Comayagua, Darío Villanueva, director de la Real Academia Española (RAE), apartó varios minutos de su tiempo para conversar con EL HERALDO.

Autoridades de la Academia Hondureña de la Lengua (AHL) lo invitaron a Honduras en el marco del 70 aniversario del ente que vela por el desarrollo e inclusión del español en nuestro país, y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) aprovecharán esta visita para entregarle este lunes 11 y martes 12 la distinción Doctor Honoris Causa.

Villanueva es un hombre agradable, de saludo firme, que tiene una vasta trayectoria, difícil de resumir en pocas líneas, aunque no se puede dejar de mencionar que para él ser catedrático y rector universitario es una de las más preciadas facetas profesionales de su vida.

Tras poco más de tres años como director de la RAE, ¿cómo ha sido la experiencia de dirigir una institución que recibe elogios y críticas casi a partes iguales?
Por cinco años fui secretario de la RAE, y la secretaría es el segundo cargo de importancia de la institución, por lo tanto me permitió conocer desde dentro cómo funciona; pero hay una diferencia, y es que el secretario no tiene una función especial en la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), en cambio el director de la Academia es el presidente de la Asale. Esta es la faceta quizá más interesante y más fructífera de mi trabajo, yo al menos así lo he entendido y me he volcado mucho en ello, visitando todas las academias que he podido, organizando el Congreso Internacional de la Lengua Española y promoviendo proyectos relacionados en conjunto con las academias. También está otro proyecto novedoso y en el que he puesto mucho interés, y es la creación en Israel de la Academia del Judeoespañol, que va por buen camino.
También en mi período como presidente de la Asale se creó la academia del único país de África que tiene al español como lengua oficial, que es Guinea Ecuatorial. Ahora somos 23 academias y espero que antes de irme de la presidencia de la Asale seamos 24.

¿De qué manera ha favorecido a la expansión del español el trabajo conjunto de la RAE y la Asale?
Este trabajo es fundamental y determinante. La Asale se creó en 1951 por iniciativa del presidente de México, Miguel Alemán, pero antes se habían ido creando academias correspondientes de la española, entre ellas la hondureña. Esto fue fundamental para conseguir una realidad muy benéfica para todos los que hablamos español, y es que la tarea de las academias, primero, y luego la tarea de la Asale desde que se creó, ha sido contribuir a que la lengua se mantenga unida, lo que no quiere decir uniforme, porque tenemos acentos distintos, palabras distintas, pero hay un tronco común absolutamente compartido... Todo eso es un beneficio para los hispanohablantes, y se debe en mucho a la tarea de las academias que coordinadamente y de manera consensuada estamos trabajando desde cada uno de nuestros países para mantener esa unidad.

¿Cuáles cree usted que han sido las transformaciones más importantes que ha vivido la Academia desde su fundación en 1713?
Destacaría dos momentos: uno histórico y otro tecnológico. El momento histórico es el proceso de las independencias de las repúblicas americanas, que fue crucial a partir de 1810, porque con la creación de los países independientes desgajados de la Corona de España, había el peligro, y muchos los vaticinaban, de que se produjera la desmembración de la unidad del idioma, como le ocurrió al latín con la caída del Imperio Romano que dio lugar a todas las lenguas neolatinas. Pero eso no sucedió fundamentalmente por la voluntad de los países independientes de hacer del español el instrumento de cohesión nacional, y también la voluntad de mantener entre todos la fraternidad del idioma, es decir que el idioma estaba por encima de la lucha política, de la liberación y del dominio español en América.
Luego está el momento tecnológico con la incorporación, a partir de 1980, de la tecnología informática a los trabajos de las academias, la elaboración del diccionario, gramáticas y ortografías; pero incluso más fuerte y más importante que esto fue la irrupción del Internet, de la sociedad digital... Nosotros tenemos que adaptarnos a eso para prestarles a las nuevas generaciones que han nacido en la era tecnológica los mismos servicios que le hemos prestado al resto de los hispanohablantes en las eras anteriores.

Foto: El Heraldo

Villanueva le entregará al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, un documento con todos los hondureñismos que hay en el diccionario, que son cerca de 3,000. Foto: Emilio Flores, El Heraldo.


La globalización de la comunicación y los formatos que ofrece la tecnología han impactado al español, ¿cómo ve la RAE ese impacto?
Las posibilidades de comunicación se han incrementado considerablemente, e incluso también se ha recuperado otra vez la escritura por encima del predominio de la oralidad; muchos de estos medios nuevos de comunicación se basan en escribir, lo que sí es cierto es que en ellos se escribe con una serie de licencias que no corresponden a la manera canónica de escribir conforme a las reglas ortográficas y gramaticales. Pero eso a nosotros no nos preocupa demasiado porque siempre ha ocurrido así. Sucedió con el telegrama.
La gente sabía que cuando escribía un telegrama podía permitirse ciertas licencias, pero cuando escribía una carta de negocios o una carta de petición de trabajo no podía hacerlo así. Esto ocurre ahora, al escribir un WhatsApp o un SMS se utilizan abreviaturas, se hacen reducciones, pero lo importante es que las mismas personas que hacen esto luego si tienen que escribir un currículo para pedir un trabajo no se permiten esas licencias porque es otro contexto de comunicación diferente.

Se habla de un lenguaje más incluyente, y con los años se ha potenciado el uso del “@”, la “x” o el “todes” para eliminar las distinciones de género, ¿será posible que la RAE registre estos usos en un futuro?
La utilización de la “@” o la “x” es una falsa solución de tipo ortográfico; la “@” no es una letra y se escribe con letras; la “x” sí es una letra, pero no significa femenino o masculino conjuntamente, es una solución un tanto estrambótica, por lo tanto no creo que nunca vayamos a deteriorar nuestra ortografía que tanto tiempo costó asentar y fijar por este tipo de concesiones que no tienen demasiado sentido. En cuanto a la utilización de la “e” en vez de la “o” y la “a”, es también una solución simplista que no lleva a ningún lado, porque nosotros no decimos “todes”, que en primer lugar no es una palabra del español ¿y por qué pensar que al decir “todes” incluímos femenino y masculino?, eso es lo que en nuestra gramática se incluye al decir “todos”. Hay que pensar que también en esto hay bastante de moda circunstancial y pasajera que no tiene un fundamento suficientemente sólido como para confirmarse.

¿Cómo enfrenta la RAE la exigencia de algunos sectores porque se incluyan y supriman algunos términos?
De manera firme repetimos una y otra vez que nunca vamos a hacer un diccionario políticamente correcto, las academias no inventamos palabras ni usos, simplemente recogemos lo que ya existe. Si nosotros prescindiéramos de algunas palabras, o de algunas expresiones por la presión que usted me dice, estaríamos ejerciendo una forma de censura sobre algo que no nos pertenece, que es la expresión de los hispanohablantes. Ojo, es cierto que nuestra lengua sirve para expresarse de manera correcta, cortés y civilizada, pero también sirve para lo contrario, no nos podemos engañar, la lengua también sirve para hacer daño, para insultar, para mostrarse como un canalla, y lo que sería absurdo es que el diccionario solo recogiera las palabras bonitas para quedar bien. También tiene que recoger las palabras para insultar, porque nada de lo que está en el diccionario es fruto de una ocurrencia de los académicos, todo lo que está en el diccionario procede del habla del español, y los hispanohablantes somos los responsables de que esas palabras existan y también, por supuesto, de que se usen.

¿Será que los hablantes no quieren aceptar que la lengua les pertenece a ellos y no a la RAE?
No lo podría decir yo de manera más clara, es ese dicho de “matar al mensajero”, como si una palabra sexista u homófoba fuese inventada por la Academia, o por el diccionario, y no es así. Lo único que hace el diccionario es recogerla, sin embargo, efectivamente se quiere volcar sobre nosotros la responsabilidad de algo que no nos corresponde. Lo que se nos podría achacar es que nos convirtiéramos en los represores de los usos lingüísticos que los hispanohablantes se dan a sí mismos, porque eso sería una forma más de censura.

Ante un escenario en el que se lee menos pero se escribe más irrespetando la gramática y la ortografía, ¿cuál es la responsabilidad de la RAE, los Estados y los hablantes?
Cada uno tiene su responsabilidad. Los Estados que tienen fundamentalmente la responsabilidad de la educación, y dentro del sistema educativo uno de los objetivos fundamentales tiene que ser la enseñanza y la práctica de la lengua.
En cuanto a la responsabilidad de los hablantes, fundamentalmente es la de actuar lingüísticamente conforme a lo que cada uno quiera ser; las palabras están ahí, pero no es obligatorio utilizarlas todas, se puede decir lo mismo con palabras ofensivas y con palabras que no lo sean, tenemos que pensar si esa palabra puede resultar dañina, ofensiva, molesta o justa, es una manera de educación linguística.
Y luego, en cuanto a las academias, nuestra responsabilidad es seguir trabajando a favor de la limpieza, la corrección y la unidad de la lengua, y creo también que nuestra responsabilidad es la de no dejarnos seducir por la corrección política y acabar convirtiéndonos en censores.

En este tiempo ser plurilingüe se vuelve casi una necesidad, ¿podemos caer en la subestimación del español?
Claro que podría ocurrir, incluso diría que a veces hay signos que apuntan en esa dirección, yo soy muy crítico contra la contaminación absurdamente innecesaria, sobre todo del inglés. Por ejemplo, en España los programas de televisión, establecimientos comerciales y la publicidad utilizan el inglés cuando los productos van dirigidos a hispanohablantes, esto es absurdo. Pero no me siento preocupado por una razón, y es que el español es la segunda lengua del mundo por el número de hablantes nativos, es la tercera en número total de hablantes, es la segunda por número de estudiantes del español como lengua extranjera, es la tercera en Internet, en los negocios está a punto de ser la segunda; es decir que tenemos la suerte de poseer una lengua muy potente, poderosa y en fase de expansión.

Y respecto a la próxima edición del diccionario, tengo entendido que la prioridad será el formato digital...
El diccionario ha sido un libro como todos los diccionarios desde las primeras ediciones del siglo XVIII hasta la última que es la vigésimo tercera que se publicó en 2014. Lo que pasa es que en el siglo XXI las dos ediciones que se hicieron en 2001 y 2014 se han digitalizado y se ofrecen en Internet de manera gratuita, y los resultados son verdaderamente espectaculares; el pasado mes de mayo tuvimos 65 millones de consultas, y el año 2017 en total hubo 750 millones, lo que quiere decir que el diccionario nunca ha sido tan útil y ha tenido tanta influencia como ahora. El proyecto es muy ambicioso en ese sentido, el diccionario ahora va a ser digital, pero luego haremos ediciones puntuales pensadas no solo en los públicos de diferentes naciones sino también en sectores de públicos.

Si pudiera cambiarse el lema de la RAE de 'Limpia, fija y da esplendor', ¿qué lema elegiría usted?
Yo mantendría el lema actual pero le añadiría la palabra unidad: 'Limpia, fija, da esplendor y mantiene la unidad de la lengua', esto último es muy importante, es algo que hemos conseguido y quiero insistir mucho en eso... La unidad está lograda, pero hay que seguir luchando por ella, es más fácil ahora mantener la unidad del idioma de lo que era en el siglo XIX, porque ahora hay una afluencia de comunicación que antes no existía.
Y si antes hablábamos de la responsabilidad del Estado, y yo mencionaba la educación y la labor de las academias que es muy importante, francamente tan importante como esto es la labor de ustedes, los medios de comunicación, e incluso afinando todavía más, puede ser que los medios de comunicación tengan más responsabilidad y sean más importantes en esto que la propia educación, porque del sistema educativo se sale al acabar la escuela o la universidad, en cambio de la comunicación no se sale nunca, los medios acompañan toda la vida, por lo tanto la manera en que ustedes utilizan la lengua tiene una gran incidencia en el público general, porque además los medios de comunicación tienen un carácter ejemplar, son una referencia, un ejemplo, de manera que si los medios de comunicación no cuidan el uso del idioma, que es el instrumento con el que trabajan para comunicar, están transmitiendo un mensaje muy negativo.

Para finalizar, ¿cómo recibe la acogida de Honduras y el hecho de que dos universidades le otorgarán el título de Doctor Honoris Causa?
Estoy abrumado por las atenciones que estoy recibiendo desde el principio por parte del gobierno de Honduras, la Academia Hondureña y las universidades. Y esto último me llena de orgullo porque soy profesor universitario, fui rector por ocho años de una de las universidades más antiguas de España, que es la de Santiago de Compostela, y para mí todo lo que tiene que ver con la universidad es como el entorno del hogar, de mi casa, el hábitat preferido.