El don de servicio, bondad y buena voluntad de los capitalinos se refleja año con año en las loables acciones de capitalinos que de manera silenciosa hacen la diferencia.
Por medio del voluntariado, servicio social, educación y trabajo, nuestros héroes 2014 demuestran que solo basta con poner manos a la obra para cambiar vidas y construir una sociedad más justa.
Con entrega y determinación han construido centros de rescate animal, recuperado calles, edificado vidas y llevado esperanza a los pobres.
1- Juan Elvir, dt Ad honorem
Durante 19 años, el exguardameta del desaparecido Gimnástico ha formado gratuitamente a jóvenes de barrios y colonias humildes.
Con amor y dedicación, Juan Elvir logra materializar su sueño de alejar a sus pupilos de los malos pasos. En la cancha es conocido como “El Profe” por su carisma de maestro en el campo y la vida cotidiana.
Entre sus exalumnos figuran doctores, abogados, ingenieros y jugadores de las reservas del Olimpia, Motagua y las reservas del Barcelona de España.
Para estar en su equipo no se necesita de inscripción ni tampoco pagar mensualidad, lo único que se requiere es tener el deseo y la disposición de jugar y estudiar, pues a los jugadores se les exige mantener sus clases aprobadas.
2-Prosene, el bastón especial
El equipo de voluntarios del Programa de Servicios a Estudiantes con Capacidades Especiales (Prosene), es el bastión que ha permitido a miles de estudiantes con capacidades especiales culminar sus estudios universitarios.
Desde hace 15 años, el programa asiste a los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que padecen movilidad reducida, ceguera, baja visión o enfermedades hipoacústicas (pérdida de la audición), entre otras.
Para ampliar las oportunidades, se ofrecen servicios que van desde orientación durante la matrícula, apoyo académico, colaboración en lectura y grabación de textos, hasta el suministro de tutorías individuales.
3-Paola Soto, un ángel protector
Una cercanía especial con los animales que llegaban a la clínica veterinaria de su padre llevó a Paola Soto a establecer en el lugar un centro de adopción y recuperación de animales callejeros.
Gracias a su iniciativa hoy en día Penélope, Samy y otros caninos que llegaron desahuciados recuperaron su salud y encontraron un hogar.
La labor de Paola se ha inmortalizado en las redes sociales, donde publica los casos de los animales rescatados y ha logrado sensibilizar a la población sobre el sufrimiento animal.
4-Jóvenes católicos, amor y atención
Un grupo de 11 muchachos del templo San Juan Bautista de la colonia Kennedy adoptaron como sus abuelos a los 35 ancianos del Centro de Día y Reposo (Ceder).
Durante todos los fines de semana del 2014, los jóvenes ofrecieron compañía, higiene personal, alimentación y limpieza al hogar.
Bajo el liderazgo de Gabriela Ramírez, una de las coordinadoras del grupo denominado Zuriel, que significa Fortaleza de Dios, los “forasteros” llevaron esperanza a la casa de retiro.
5-Aunt Joan School, un Aporte en inglés
Un centro educativo que florece a la par del bosque nublado del Parque Nacional La Tigra es Aunt Joan Christian School.
En este espacio 100 por ciento bilingüe se educan los vástagos de humildes campesinos y trabajadores de las comunidades de Los Jutes, Los Limones, Primavera, Jutiapa y El Porvenir.
Gracias a la visión del estadounidense Lex Creamer, el Parque Nacional La Tigra tendrá una nueva generación de guías turísticos bilingües con un perfecto manejo del idioma inglés.
Lex junto a su hija Indiana han forjado la escuela con las ganancias de sus negocios; una empresa productora de fertilizantes y una línea de producción vegetal.
Esencia verde, damas ambientales
Un grupo de diez mujeres emprendedoras se dio a la tarea de recuperar las áreas verdes en la colonia Nueva Suyapa.
Durante tres meses las féminas, apoyadas por la Organización no gubernamental Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura (CPTRT), se dedicaron a embellecer ttel sector 2 de la populosa colonia de la capital.
Su labor no se detuvo hasta cumplir su misión de recuperar un pequeño parque de este sector que era utilizado por personas particulares como refugio para cometer actos delictivos.
Con materiales reciclables llevaron colorido a su comunidad.
Miguel Briceño ,líder comunitario
Son pocas las personas en las que se despierta la vocación de servir a su comunidad. Miguel Briceño Agurcia, de 35 años, ha tomado como bandera de lucha los problemas de su entorno con ese coraje de no descansar hasta encontrarles solución.
Con empuje y determinación logró la pavimentación de 178 metros lineales del sendero Salinas, de la colonia La Travesía, lugar donde ha convivido toda su vida.
A Miguel, quien tiene la aspiración de convertirse en diputado, le satisface involucrarse en proyectos comunitarios.
Volqueteros, recicladores exprés
La campaña Escuelas Amigables con el Ambiente, que lidera la sección Metro de este rotativo, no hubiese sido un éxito sin el apoyo de seis empleados municipales.
Con actitud ecológica, Felipe Castellanos, Heriberto Izaguirre, Víctor Zelaya, Santos Jiménez, Benigno López e Isidro Pineda transportaron 13,885 libras de material reciclado de los cinco centros participantes.
El grupo de trabajadores municipales cumplió a cabalidad con el traslado del material de reciclaje hasta el centro de ventas. Con dedicación aportaron, además de su trabajo, la actitud positiva y el deseo de hacer las cosas bien.
Jensen Herrera, promotor cultural
Ilich Jensen Herrera es un joven que dedica su tiempo libre a trabajar en favor de la cultura, y orientar sobre el patrimonio religioso a la feligresía de la iglesia El Calvario de Comayagüela.
Entre los proyectos que lidera están los preparativos de fechas especiales como la Semana Santa, Devoción de la Divina Misericordia, Corpus Christi, Navidad, entre otros.
El objetivo que Jensen persigue al participar en estos programas, y en el que también pone todo su interés, es hacer que grupos de jóvenes se involucren y que por medio de actividades sanas edifiquen sus vidas.
Casa David, pedacito de cielo
Casa David es un espacio con aspecto y ambiente familiar que brinda cobijo a los familiares de pacientes del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), que llegan del interior del país.
La frase “¡Bienvenidos!”, escrita sobre la pared de la entrada, hace sentir hasta al más extraño como en casa.
Ubicada a una cuadra del IHSS del barrio La Granja, Casa David abrió sus puertas en febrero pasado, pero el sueño de crearla nació hace 20 años en el corazón de Marvina Hooper y su esposo Howard.
