Con un estadio hasta reventar, algunos aficionados no perdieron la oportunidad de hacerse sentir y, en reiteradas ocasiones, saltaron al campo de juego con un único objetivo: saludar y pedirle una foto a Messi, quien se mostró receptivo a las muestras de cariño.En una de sus tantas intervenciones, Cheuko fue “humillado” al querer detener la carrera de un hincha, que se trastabilló y tackleó al guardaespaldas de Messi, quien no pudo mantenerse en pie y volvió sobre sus pasos para proteger al futbolista.