Tegucigalpa

Unos 900 rapiditos generan la clientela de ambulantes

Por el mercado persa en el que se ha convertido el ala sur, el centro histórico perdería un kilómetro lineal. Operación de rapiditos es la miel de los buhoneros. Alcaldía promete controlar abusos. Mientras exista demanda de compradores, no se podrán parar las ventas.

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26.04.2012

El centro histórico está a punto de perder un kilómetro lineal de calle.

Los vendedores que se toman por la ley de la fuerza el ala sur, amenazan con desaparecer la vía que va desde el puente Mallol, los bajos del Congreso Nacional, la plaza Los Dolores y los alrededores del Banco Central de Honduras (BCH).

De no ejecutar el desalojo inmediato, el impacto vial que vaticinan las autoridades municipales es que en poco tiempo la zona será irrecuperable.

Rapiditos, la miel

Y es que los 2,000 vendedores ambulantes y 100 carretilleros que todas las tardes invaden la zona, han hecho su clientela debido a la falta de control de circulación de unidades de transporte.

Los 900 buses del servicio rápido que operan en la zona son los “promotores” de afianzar más las ventas de los buhoneros, afirmó Alejandro Agurcia, gerente de Orden Público.

“Hemos contabilizado hasta 150 busitos estacionados en medio de las calles, sin ningún control. Mientras las unidades se llenan, los pasajeros compran los productos que distribuyen los invasores” detalló.

El funcionario ha catalogado como “la miel” de los vendedores las estaciones ilegales del transporte urbano que se han tomado el sector.

Los cientos de ciudadanos que utilizan las cinco rutas de transporte que operan en la zona se ven seducidos por los precios de “gallo muerto” que utilizan los comerciantes para acaparar las ventas.

Desde las 4:00 de la tarde, cuando los empleados de gobierno salen de sus oficinas el desorden por la oferta y demanda de productos altera la relativa tranquilidad.

Miguel Martínez, oficial de enlace entre la Policía Municipal y Nacional, aseguró que si los ciudadanos se negaran a adquirir los productos de los invasores se podría erradicar este mal.

“Podríamos empezar por crear conciencia en los empleados públicos para que no abonen con sus compras la expansión de este fenómeno que está a punto de carcomer nuestro patrimonio”, aseveró.

Caos total

Las unidades que operan en el centro se dividen en 500 ejecutivos legales y 400 rapiditos que prestan su servicio de manera clandestina.

Los operadores ilegales se han tomado la avenida Cervantes, donde de manera “temporal”, según autoridades municipales se les ha prestado un espacio para abordar y bajar pasajeros.

Otro de los cuello de botella vial es provocado por las unidades que se ubican frente a la Antigua Casa Presidencial, donde tanto operadores legales como ilegales han hecho del lugar una megaterminal de buses.

Cruzar del puente Mallol al centro es casi una obra divina debido a los nudos de automotores que se aglomeran en la zona y al alto tráfico de unidades.

La avenida Cervantes es otro de los puntos por donde se vuelve un calvario circular, pues frente a la iglesia la catedral San Miguel Arcángel, las unidades del servicio rápido tienen una parada.

Tanto conductores como peatones se ven obligados a esperar que los operadores ubiquen sus automotores y los pasajeros aborden para avanzar.

Solución tardía

Según Aníbal Erlher, gerente de Movilidad Urbana, todas las unidades que se ubican a inmediaciones del BCH no disponen de permisos para instalar sus paradas.

“Estas unidades tienen asignada la primera avenida de Comayagüela para este fin y este es uno de los ordenamientos que tenemos que ejecutar”.

Solo el abordaje frente a La Catedral está autorizado de manera temporal por la comuna.

“Nosotros regulamos los puntos, pero tenemos que respetar el consenso al que llegamos con los transportistas que será hasta que se termine la rehabilitación de las calles del centro que se procederá al reordenamiento”, afirmó.

Pero esta urgente solución duerme el sueño de los justos. De acuerdo con las autoridades de la Dirección de Infraestructura, hasta dentro de seis meses se terminará la rehabilitación vial.

Esto quiere decir que sería hasta octubre que el centro puede ser despejado de las unidades. Durante este tiempo, bien se podría triplicar la cantidad de buhoneros que se han tomado el centro.

Mientras exista demanda de compradores, no se podrán parar las ventas.