La capital urge de sus propias reglas de transporte urbano y seguir introduciendo buses ejecutivos con menor capacidad de pasajeros es retroceder a los años 70, advierten las autoridades locales.
Según los expertos en vialidad de la Alcaldía, la terrible realidad de circulación que impera en la ciudad, en donde el número de vehículos casi compite con el de las personas y el crecimiento población es de cinco por ciento anual, hace necesario cambiar el servicio a un sistema masivo.
La reacción de las autoridades municipales obedece a “la campaña” que el sector transporte ha iniciado en contra del Trans 450, el sistema de transporte moderno, rápido y seguro que prometen poner a funcionar en la ciudad.
Erasmo Padilla, coordinador general del programa del transporte público del Distrito Central, indicó que el proyecto será una realidad pese a la oposición del rubro. Y es que el anuncio de la construcción de rampas y carriles exclusivos para los buses del transmetro, programada para finales de mayo, ha despertado el descontento del Sindicato de Transporte Urbano (STU).
En las unidades ejecutivas, los dueños han tapizado sus vidrios con advertencias del millonario endeudamiento que el proyecto significa para la capital.
A su criterio, con los 600 millones que cuesta este proyecto se podrían construir más de 12 obras de infraestructura vial que resolverían los problemas de congestionamiento.
“La llegada del transmetro solo viene a empeorar el congestionamiento vehicular porque las vías de acceso son las mismas de hace 40 años. Tegucigalpa necesita mejoras en su infraestructura vial, más puentes a desnivel y calles amplias”, cuestionó Marvin Galo, presidente del STU.
Tres años de subsidio
Ante las apreciaciones del sector transporte, Padilla calculó que la inversión del Trans 450 equivale a tres años de subsidio que el gobierno mantiene en un servicio poco o nada eficiente para los usuarios. “292 millones de subsidio al año para transportistas.
Desde el tiempo que el gobierno mantiene el rubro. Cuantos
proyectos se han dejado de hacer por su desembolso”, cuestionó Padilla. Insistió en que el nuevo sistema de transporte, aún en su primera etapa, que será del estadio nacional Tiburcio Carías Andino a Emisoras Unidas, y luego con dos troncales hacia la Kennedy y la UNAH, mejoraría el transporte en un 40 por ciento. “Un mismo vagón mueve la misma cantidad de gente que los buses actuales movilizan en 24 vueltas”, reveló.
Asimismo, la velocidad comercial en la que se desplazan las unidades normales es de apenas siete kilómetros por hora contra 25 del Trans 450.
El experto dijo que estudios realizados vaticinan que en 10 años la ciudad tendría un millón de carros, contra las limitaciones topográficas.
Las obras de infraestructura que según los transportistas son la solución, apenas resuelven la circulación de vehículos particulares. “Una ciudad con más de un millón de habitantes ocupa un servicio de transporte masivo, no hay otra opción”, aseveró.
El edil capitalino Ricardo Álvarez informó la apertura de dos licitaciones: una para iniciar la edificación del sistema de transporte y la otra para otorgar su operatividad. A la fecha, una docena de empresas han presentado sus propuestas, entre estas cuatro latinoamericanas.