En medio de las dificultades diarias, los hondureños pueden vivir siempre alegres. Al menos ese es el claro mensaje que la Sociedad de la Alegría quiere difundir a partir de octubre próximo en la mayor cantidad de escuelas públicas y privadas de la capital para luego extender su proyecto a nivel nacional y hasta a nivel centroamericano.
La idea es institucionalizar el arte como un sistema de educación espiritual y mental en los niños que representan el futuro de Honduras.
El proyecto
Desde hace dos meses, un elenco de talentos hondureños y salvadoreños preparan una obra artística llena de imágenes, juegos y diversión, que por primera vez fusiona la danza, el teatro y la música moderna desde el punto de vista profesional y con mensaje positivo.
La obra va dirigida a un público infantil, en apoyo a la merienda escolar, ya que según sus ejecutores, no cuenta con el debido interés social de apoyar la medida.
'Hay muchos conflictos con esto, madres que no quieren participar en la preparación de los alimentos para sus hijos o peor aún hacen la comida con los productos de la merienda escolar, pero terminan vendiéndola a los mismos niños', denunció Fabiola García, productora ejecutiva de la Sociedad de la Alegría.
Y es que conscientes de que un niño mal alimentado no rendirá nunca en sus estudios, este grupo de capitalinos buscará la forma de que tanto el gobierno, la sociedad civil y todas aquellas instituciones que así lo deseen se involucren en el alentador proyecto.
'Queremos por medio de las artes, estimular la salud mental, emocional y espiritual de cada hondureño para que seamos sujetos multiplicadores de cambio en la nación', detalló Mariela Zavala, directora del proyecto.
Gira nacional
Aunque la obra requiere de ciertos arreglos aún, la gira en los lugares conocidos y recónditos de la capital está programada para octubre próximo.
Eventualmente para enero o febrero de 2009 se extenderá a los demás departamentos del país.
'Dependiendo el alcance que se logre tener en Honduras, se pretende hacer una gira dentro de un año a nivel centroamericano, no solo en El Salvador, sino en los demás naciones de la región', adelantó Rafael Perdomo, miembro fundador del proyecto.
Cabe destacar que Perdomo es un bailarín profesional de origen salvadoreño que está en el país, exclusivamente para el montaje de la danza en la obra.
La idea nació desde hace mucho tiempo, ante la cruda realidad de inconsciencia, irresponsabilidad, violencia, maras, armas y drogas que destruyen a los niños y jóvenes centroamericanos.
Los colaboradores
En la creación de los dibujos animados, los creadores del proyecto cuentan con el apoyo del departamento de Arte de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Asimismo, con el apoyo en logística del Foro Nacional de Convergencia (Fonac) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).