La belleza y riqueza patrimonial que guarda el centro histórico capitalino en sus edificios calles, avenidas, plazas y parques compiten cada noche con un enemigo: la basura.
Este emblemático espacio muestra cada día a partir de las 5:00 tarde, un rostro sucio, contaminado, que despiadadamente le roba su atractivo y encanto, ya que se convierte en una sucursal del crematorio municipal.
Problema sin control
La generación de basura que producen los negocios ubicados en el casco histórico como tiendas, almacenes y restaurantes, entre otros, viene a ser la principal causa de este alarmante problema.
Esto devela que la Alcaldía Municipal, a través de la Unidad de Desechos Sólidos, no dispone de un sistema adecuado para su control y manejo.
Los promontorios donde se observan cartones, bolsas plásticas con desperdicios de comida, latas y papeles y que indigentes se encargan de revolver, no solo contaminan este espacio emblemático.
El problema va más allá, pues el mal manejo de la basura viene a afectar el turismo y hace pensar que la capital de Honduras es una de las más sucias del mundo.
Es desagradable mostrar a los turistas la majestuosa y recién recuperada plaza Los Dolores, con su fuente de agua y la escultura de San Miguel Arcángel, si para llegar a ella lo primero que salta a la vista son cantidades de desechos sólidos acumulados en las esquinas.
En la plaza Central ya es común observar que en la base de una de las piezas que conforman el conjunto escultórico “Las cuatro estaciones”, específicamente la que representa a “La primavera”, inescrupulosos depositan como si se tratara de un contenedor aproximadamente una tonelada de basura.
Otro de los sitios donde se observa una cantidad de basura regada en el suelo es en el edificio Midence Soto, incluso una de las esquinas de la Catedral San Miguel Arcángel también la convierten por las noches en un botadero.
“De nada sirve invitar a la gente que venga al centro de la ciudad, promocionarlo como un lugar turístico si es un completo basurero que da decepción”, declaró Alirio Mendoza, propietario de un negocio del centro, mientras trataba de evadir las bolsas conteniendo desperdicios.
Y así pueden enumerarse otros sectores donde los desechos son dejados a la deriva como la esquina de la Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina, frente el Paseo Liquidámbar y la plaza La Merced, entre otros sitios.
Ordenanza municipal
German Pavón, subgerente de la Unidad de Desechos Sólidos de la Alcaldía Municipal, informó que un promedio de 150 locales generan diariamente en el centro histórico capitalino de 30 a 35 toneladas de basura.
Entre las medidas que esta dependencia municipal ha implementado desde hace dos años para controlar este problema está la recolección nocturna que inicia a partir de las 11:00 de la noche hasta las 2:00 de la madrugada.
Aunque también el servicio del tren de aseo pasa en la mañana y tarde.
El funcionario admite que esta medida no ha dado los resultados deseados, ya que nunca se han logrado poner de acuerdo con los dueños de negocios respecto a la hora en que deben sacar los desechos. “Este es un problema de cultura ciudadana. Lo ideal es que la basura se sacara por lo menos media hora antes de que pasen las unidades recolectoras, pero en esto ha sido imposible que nos pongamos de acuerdo con los dueños de los negocios”, apuntó Pavón.
Otra situación es que algunos negocios no utilizan ni bolsas plásticas para almacenar los desechos sino que solo los dejan tirados en las esquinas.
En ese sentido, anunció que una de las acciones a emprender en las próximas semanas es la aplicación de una ordenanza municipal, donde se establezca un sistema ordenado de recolección en el entorno del casco urbano.
“Vamos a entrar a un proceso de socialización de esta ordenanza, donde se apliquen multas. Queremos que en esta medida se involucren la
Gerencia del Centro Histórico y la Secretaría de Salud, para que ayude con la reglamentación sanitaria de los establecimientos”, informó el funcionario.
Para controlar la contaminación se pedirá a los negocios que hagan una selección de la basura que producen: desechos orgánicos, cartón, papel, botellas plásticas, latas y otros.
También se puede hacer uso de los botaderos autorizados que se ubican a inmediaciones del puente Carías, antigua Penitenciaría y el sector de La Concordia.
Pero mientras no exista una ordenanza el emblemático centro histórico seguirá mostrando su cara sucia, que las autoridades no se atreven a limpiar.