TEGUCIGALPA,HONDURAS.-El caos vehicular que generará la inauguración del Centro Cívico Gubernamental (CCG) representa un desafío para las autoridades del Distrito Central.
Mientras el reloj avanza y se acerca la hora cero, la Alcaldía Municipal y la Policía de Tránsito avizoran soluciones para la inevitable aglomeración de automóviles y personas que tendrán su sede en el edificio que alojará al Poder Ejecutivo y varias de sus secretarías.
Según datos de urbanistas consultados por EL HERALDO, en los alrededores del CCG a diario circulan unas 300 mil personas.
Estrategia previa
Aníbal Ehrler, gerente de Movilidad Urbana, propone a manera de solución, que mientras las obras complementarias finalizan, la primera medida para garantizar la circulación será un calendario de mudanzas, en el que se incluyen horarios diferidos y alternos de entrada y salida para los burócratas que paulatinamente irán habitando la estructura.
Asimismo, entre las alternativas para evitar embotellamientos, se promete fortalecer el “Gobierno digital”, es decir, modernizar la atención a través de portales de internet y redes sociales, para evitar que las personas lleguen a realizar consultas o trámites innecesarios con sus automotores.
Concreto complementario
Además, Ehrler destacó que las obras de infraestructura complementarias serán vitales para garantizar la fluidez vehicular durante la entrada y salida de los burócratas.
Según el funcionario, unas 10 mil personas llegarán al lugar a diario, de las cuales al menos 5,000 lo harán en su vehículo.
Ehler destacó que habrá dos “obras principales” para el traslado de automóviles. La primera será el puente elevado en el bulevar Juan Pablo II, el cual se prevé su finalización en el primer trimestre de 2020, y el túnel que se construye en La Hacienda.
Del mismo modo, el paso a desnivel que atravesará el bulevar San Juan Bosco, que estará listo en mayo del año próximo, un mes después de la fecha de entrega del CCG, prevista para el mes de abril.
“Con esas obras se trasladarán vehículos desde el anillo periférico hacia el CCG y viceversa, habrá cuatro carriles que se terminarán a inmediaciones de la Villa Olímpica, son obras para traslado de particulares”, explicó Ehrler.
Entre las soluciones, también se mencionó que se realizará una encuesta denominada “origen destino” para conocer el domicilio de la mayoría de empleados y así fortalecer el sistema de traslado en autobuses.
Otra medida confirmada por Ehrler es la circulación personal, esta consistirá en crear unos 2,500 metros de líneas peatonales para conectar a los transeúntes desde el edificio hacia los múltiples centros de comercio que posee la zona. Con eso se planea evitar que las personas salgan a las calles con sus carros durante la hora de almuerzo.
En el abanico de opciones que pretende lidiar con el pesado tránsito vehicular, también se mencionó habilitar en la Plaza Perú -sin tocar “ni una hoja de un árbol”- un espacio para llevar o recoger personas, lo anterior con el embaulado de la quebrada La Orejona.
“La idea aún no tiene diseño, pero se pretende que en ese espacio se pueda llegar y orillar sus vehículos para recoger a sus familiares. Con el embaulado, la gente también podrá caminar hacia el centro”, concluyó.
Por su parte, Nahúm Benítez, jefe de Transporte y Vialidad de la Alcaldía, afirmó que en el lugar habrá bastante “señalización y varios agentes, además contarán con puentes casi exclusivos para que entren y salgan del lugar”.
