Tegucigalpa

Centros educativos suspenden clases por falta de agua potable en la capital de Honduras

Algunos centros de enseñanza han recurrido a medidas extremas como programar las descargas de los inodoros. En otros piden a los alumnos usar los sanitarios de sus hogares antes de llegar a clases

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05.09.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con el pasar de los días, el viacrucis por la falta de agua toma un matiz de alarma en el Distrito Central. Ahora hasta los centros educativos están siendo víctimas por los fuertes racionamientos.

La penosa situación la vivieron ayer los tres mil alumnos del Instituto Técnico Honduras (ITH), luego de que las autoridades del centro decidieran suspender las clases debido a que no hay una gota de agua para el uso de los sanitarios y la pestilencia contamina las aulas académicas.

Según Nelson Cálix, director del ITH, la cisterna que abastece a toda la institución quedó sin el vital líquido, pues el servicio de agua potable llega cada semana y la cantidad no es suficiente para la demanda del centro de enseñanza.

“Suspendí las clases porque ya no se aguanta la pestilencia de los baños, que llega hasta las aulas por la falta de agua para la limpieza. Es peligroso que se desarrolle una infección colectiva o una epidemia en los estudiantes”, advirtió Cálix.

Otro problema que agobia al centro de enseñanza es que los carros cisterna no les distribuyen agua porque los conductores tienen como prioridad venderle por pedido completo a las zonas residenciales.

Mientras tanto, en la Escuela Lempira de Comayagüela la situación es similar, pues la distribución del vital líquido solo llega una o dos veces por semana, lo que ha hecho que la comunidad estudiantil lo administre de manera milagrosa.

“En este centro educativo los sanitarios están funcionando en un 40 por ciento. Tenemos coordinado lavar los baños cada hora y esperar que estén llenos, porque no tenemos suficiente agua para hacer una descarga en cada uso”, detalló el subdirector, Ariel Rivera.

Esta institución cuenta con siete sanitarios para los estudiantes y cinco para docentes, pero la escasez de agua ha forzado a los educadores a usar apenas uno.

Según Rivera, dentro de dos semanas las medidas que han tomado para ahorrar agua ya no serán suficientes.

La Escuela Doctor Esteban Mendoza, de la colonia Kennedy, depende de una pila, pues los dos barriles que tienen para la limpieza de los inodoros siempre pasan vacíos por la poca agua que llega del grifo, con suerte cada cinco días.

En el caso del CEB Álvaro Contreras, ubicado en el barrio Abajo, el servicio llega dos veces por semana, no obstante, los docentes y personal de aseo han tomado medidas.

Dragado de represas
El exgerente del SANAA, Roberto Zablah, propone que para mejorar la capacidad de almacenamiento en las represas se deben realizar obras de dragado.

“Cuando se draga, paralelamente se hacen pequeñas cortinas aguas arriba, evitando que el sedimento llegue a la represa y así no se toca el embalse”, afirmó.