TEGUCIGALPA,HONDURAS.- Los 1.42 kilómetros cuadrados donde se concentran la riqueza histórica y arquitectónica de la capital han sido empañados por el vandalismo y las constantes protestas.
El centro histórico de Tegucigalpa está bajo la amenaza de la destrucción. Desde hace una década se ha convertido en blanco de ataques de grupos destructores de inmuebles y del patrimonio nacional.
El hecho más reciente se suscitó el martes anterior en la avenida La Merced, en el que tres negocios de un complejo comercial resultaron con severos daños y pérdidas millonarias producto de un incendio provocado por manifestantes.
Los locales permanecieron cerrados ayer, pues sus propietarios y empleados se dedicaron a limpiar y a recuperar, a puertas cerradas, parte de la mercancía.
Uno de los comercios ofertaba teléfonos y accesorios para celulares, otro se dedicaba a brindar servicios de relojería y el tercero funcionaba como una tienda de ropa.
Reina Chavarría, empleada de uno de los comercios afectados, relató que los locales tienen más de 30 años de funcionar.
“Aquí hay muchas pérdidas, incluso algunos ladrones entraron y se llevaron bastante ropa. Uno de los empleados de la relojería es mi hijo, él se quemó el brazo. Está bueno que protesten, pero no con violencia”, manifestó Chavarría.
Hasta ayer no se tenía un informe oficial por parte del Cuerpo de Bomberos sobre los daños, pero se espera que en las próximas semanas sea presentado.
Óscar Triminio, portavoz de Bomberos, expresó que el incendio se originó en el techo del complejo comercial y que debido a que se encontraba lleno de basura, los desechos sirvieron como combustible para que el fuego se propagara con mayor facilidad.
A esto se suma que estos locales no poseen una ruta de emergencia ni recursos para mitigar siniestros.
Para atender el incendio se tuvo que trasladar nueve vehículos contra incendios.
Las unidades se movilizaron de las estaciones de la Kennedy, barrio Belén, barrio Morazán y de El Carrizal.
“La primera unidad llegó a los cinco minutos, tuvimos que trabajar con la Policía para no ser agredidos, porque ya hemos sido agredidos cuando hay protestas”, lamentó Triminio.
Las pérdidas
La plusvalía en el corazón de Tegucigalpa se encuentra en picada pues se ha convertido en epicentro de disturbios en los últimos diez años.
A criterio de Rafael Medina, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT), son los actos vandálicos los que han perjudicado la estabilidad del centro de la capital.
“Debemos fortalecer el centro de Tegucigalpa, pero con los actos vandálicos, la gente se desincentiva para invertir en este sector de la ciudad”, condenó Medina.
Además, recordó que la gente que labora en el casco histórico en su mayoría son emprendedores y se debe considerar que son fuentes significativas de empleos.
El patrimonio inmueble es otro que paga la cuota de las protestas. Para el caso, el Palacio Municipal ha sido atacado de manera severa en dos ocasiones: una en mayo de 2018 y otra durante este año.
Según datos de la comuna, los daños se traducen a más de cinco millones de lempiras en pérdidas materiales, sin tomar en cuenta el valor histórico que consumieron las llamas. También el Palacio de las Telecomunicaciones fue blanco de la delincuencia.
Como resultado, la sala principal del museo de Telecomunicaciones quedó clausurada.
Han transcurrido alrededor de tres meses desde que irresponsables intentaron quemar el edificio, en el que todavía se percibe el olor a quemado.
Ahora, objetos como el telégrafo quedaron fuera del salón y son exhibidos en el pasillo.
