VILLA DE SAN FRANCISCO, FRANCISCO MORAZÁN.- Para evitar que el cálido y acogedor municipio de la Villa de San Francisco sea envuelto por las garras de la delincuencia, las autoridades municipales han comenzado a tomar medidas extremas.
Mediante una serie de ordenanzas locales, la corporación municipal crea un blindaje para evitar que personas ajenas al municipio y con malas intenciones se radiquen en la comunidad.
La más reciente medida adoptada es prohibir que los menores de 18 años permanezcan en las calles después de las 10:00 de la noche hasta las 5:00 de la mañana.
Esta medida -extrema para unos pero aplaudida por la mayoría- es aplicable de lunes a domingo y los menores solo pueden salir si andan en compañía de sus padres.
“Mucho menor de edad, tanto varones como mujeres, pasaban en las calles y en fiestas. La ordenanza ha venido a reducir que los jóvenes ya no frecuenten los sitios públicos después de las 10:00 PM y los padres la han tomado muy bien”, informó Janio Borjas, alcalde de la Villa de San Francisco.
Y es que según reportes de las autoridades muchos menores de edad estaban hasta en horas de la madrugada en la calle fumando y consumiendo alcohol.
Las sanciones
Los menores que son encontrados en las calles son requeridos por las autoridades de la Policía Nacional para ser entregados a sus padres, previo a justificar a la autoridad qué hacía su hijo en la vía pública.
Si un menor es reincidente en esta falta, será enviado a un centro de rehabilitación de menores, indica la ordenanza.
Otras de las medidas que tomaron las autoridades es que toda persona que alquile una casa, habitación en una cuartería u hotel deberá brindar todos sus documentos al arrendatario para verificar que no tenga cuentas pendientes con la ley.
Además las personas que deseen abrir un negocio que no sean originarias del municipio deben presentar sus antecedentes policiales y penales y demás requisitos que solicita la comuna.
“En el caso de los alquileres, hemos dado un formato para que los arrendatarios pidan la información a los inquilinos y estos las traigan a la Alcaldía, para después llevarla a la Policía”, explicó Osmín Amaya, juez municipal.
Desde que se abrió el penal de máxima seguridad La Tolva, a escasos 25 kilómetros del poblado, comenzó a llegar gente extraña a cometer hechos delictivos y aumentó la venta de droga.
Las autoridades no están dispuestas a que se vulnere la seguridad del poblado.
